Pandemia, alimentación y actividad física: las dos caras de la moneda
No son pocos los que piensan que después de la pandemia ya no seremos los mismos. La cultura argentina está compuesta de muchos factores y la comida es uno de los más significativos.
Conviven en nosotros ideas, sentimientos y reacciones. La cuarentena, inédita en mucho tiempo a nivel mundial, nos pone en un nuevo lugar y, en ese sentido, evitar el aumento de peso es todo un desafío. Por otra parte, lo que hagamos en estos tiempos tendrá repercusión cuando este período finalice.
Personas de distintos ámbitos y deportistas comparten esa dificultad y cada uno la afronta de manera diferente. Río Negro consultó especialistas en nutrición, psicología deportiva y preparación física para identificar los comportamientos e incorporar algunos conceptos que pueden hacer más llevadera la particular época que vivimos.
Los tres profesionales coinciden en la lectura general: el aislamiento y la cuarentena pueden influir negativamente en nuestros hábitos, pero también pueden marcar un quiebre positivo o darle continuidad a lo bueno que veníamos haciendo antes.
Gabriela Di Leandro trabaja desde la nutrición y remarcó la necesidad de alimentarse en forma saludable, algo que tiene consecuencias positivas tanto en el cuerpo como en el bolsillo.
“En muchos casos, esta pandemia es una oportunidad para observar hábitos y reconstruirlos. Es el caso de aquellos que comenzaron a ocuparse de su salud y bienestar. Para muchas otras personas, estos días fueron causa de desorden generalizado, donde la alimentación está incluida (horarios, tipo de comidas, entre otros)”, explica y agrega “van pasando los días de aislamiento obligatorio y la alimentación va teniendo más importancia, incluso si se lo piensa desde lo económico: qué alimentos comprar y con cuánto dispongo para las compras”.
Por otra parte, el coronavirus genera cuidados obligados por la circunstancias y en la alimentación hay un aspecto que ayuda a contrarrestar la vulnerabilidad del cuerpo humano. “En todos los casos la alimentación es un eje fundamental para prevenir enfermedades y mejorar nuestra salud e inmunidad. Una alimentación sana, completa, equilibrada y sin ultra procesados influirá positivamente en nuestra salud en estos momentos”, destacó.
¿Qué se puede hacer para evitar el exceso de peso en este contexto?
Es importante incorporar alimentos frescos como frutas (frutillas, frutas de la estación y de la zona) y verduras que nos aportan vitaminas y minerales. Entre ellos la Vitamina C fundamental para nuestra salud, ya que no la producimos ni almacenamos: pimientos, verdes, rojos, brócoli, tomate, perejil, albahaca y vegetales de hoja. También la remolacha y zanahoria por la cantidad de carotenos o semillas como el girasol entre otras.
Agregar aceites vegetales ricos en Vitamina E (antioxidante) y jugo de limón fresco (¡si conseguimos limones de nuestra zona mejor!) para seguir incorporando Vitamina C. Recordar que las grasas vegetales que provienen de semillas, son indispensables para nuestra salud.
Esto, combinado con otros grupos de alimentos como legumbres, cereales integrales, huevos y carnes (en caso que consuman) completan la alimentación.
Para evitar el sobre peso, aumentar el consumo de frutas frescas y secas (nueces por ejemplo), vegetales de todo tipo y color y todo lo mencionado anteriormente. Disminuir el consumo de alimentos ultra procesados azúcares, cereales (arroz, fideos, pasta) blancas y refinadas sin aporte de otros nutrientes.
Ansiedad y alimentación
La profesional explica que la ansiedad está relacionada con muchos factores, como la incertidumbre. También puede llevar a comer mucho o a perder el apetito. El hecho de estar en casa sin las actividades habituales y sin haber creado una rutina distinta a la que teníamos, puede llevar a comer en exceso. Hay que tener en cuenta que no estamos gastando las mismas calorías y si comemos incluso igual que antes, podemos también engordar.
Para bajar la ansiedad es de mucha ayuda comer tranquilos, sin informativos, sin celular, sin computadora, estando presentes y atentos al momento de comer. Realizar 3 respiraciones antes de comer ayuda a conectarse con el momento presente.
Al mismo tiempo, Gabriela mencionó: ‘‘Es importante destacar que se volvió a cocinar en casa: esto es un cambio muy positivo. Solo hay que elegir adecuadamente los ingredientes’’.
Finalmente, la nutricionista deja un mensaje interesane para reflexionar. ‘‘Este momento nos brinda la oportunidad de tomar conciencia y darnos la salud que merecemos: alimentarnos de comida de verdad, del sol, el agua, de lo que escuchamos, de lo que hablamos. Alimentar todo nuestro ser, de manera integral’’.
Dos problemas distintos que se dan juntos
*por Carlos Saggio, especialista en psicología deportiva.
En esta cuarentena se da una situación que tiene dos partes: una disminución del gasto calórico, porque estamos mucho tiempo en casa sin movernos, y el otro punto es que hay un aumento del consumo calórico producto de la ansiedad y angustia que genera la cuarentena. No son exactamente lo mismo y se atacan de manera diferente.
Es aconsejable tener alguna rutina en casa, que es difícil, porque no siempre contamos con el espacio y es distinto a lo que normalmente hacemos. Es un desafío. Desde el punto de vista emocional, trabajamos para que esa angustia y ansiedad no sea canalizada con alimentos. El alimento es una manera muy directa de canalizar la situación, entonces buscamos maneras de transformar esa energía en algo más sano para las personas que no pase por los alimentos.
La falta de actividad física, sus consecuencias y posibles soluciones
La preparación física es un aspecto importante que también se ve afectado por la pandemia e incide en la calidad de vida. Una de las formas en las que se expresa la ausencia de actividad es el sobrepeso.
En este sentido, el profesor Mauricio Siri explica: ‘‘Un deportista amateur o profesional que tiene actividad continua tiene sesiones de entrenamiento de gimnasio y/o cancha, son de 8 a 15 horas por semana y eso tiene un gasto calórico importante. Al tener menos gasto calórico, durante la cuarentena, lo ideal es cambiar la ingesta. En ese plano es más importante la calidad que la cantidad. Calcular el gasto calórico y mejorar la calidad de los alimentos’’.
En consonancia con las ideas que plantea Carlos Saggio desde la psicología deportiva (ver recuadro aparte), Siri destaca la importancia que tiene el deporte en nuestro ritmo habitual diario.
‘‘La actividad física libera endorfinas, distiende y desestreza. Lo más difícil en cuarentena es bajar el estrés. En cuanto al deportista amateur, que juega torneos comerciales de distintas disciplinas, el no contacto con el deporte les quita el cable a tierra. Aparte de la ausencia de trabajo y la incertidumbre económica, no está la parte lúdica y eso potencia la irritabilidad o la dificultad para convivir’’.
En ese aspecto depende mucho del espacio del que disponemos en esta coyuntura, ‘‘en un departamento es menos llevadero que en un patio’’, afirma. ‘‘Aparte de la actividad física, eso está acompañado por el ambiente en el que se realiza. Hay que tener en cuenta qué tipo de actividad se realiza y dónde’’, analiza.
Los gimnasios y sus trabajadores están entre los tantos afectados por el aislamiento. La imposibilidad de tener actividad generó que las práctocas sean a distancia.
Desde el gimnasio en el que trabaja, el profe menciona las formas en las que intentan mantener contacto con la gente que concurre ante la imposibilidad de funcionar normalmente, ideas que se replican en la región y son una constante en todo el mundo.
‘‘Las clases virtuales ayudan porque hay grupo, diversión y es una ‘minitribu’ con la que se potencia la emocionalidad. Algunos hacen clases por zoom, otros alquilaron materiales y les armamos una rutina personalizada, otros incluso tenían elementos’’, señaló.
Finalmente, Siri se refirió a la oportunidad que se presenta con el aislamiento y la chance de mirar el vaso medio lleno sin llegar a los extremos.
‘‘Están los que con la cuarentena tienen tiempo para cocinar algo más elaborado, lo disfrutan. A veces esa comida es más copiosa, más calórica, además de que el clima es más fresco y eso nos va a hacer subir de peso. Pero eso en su medida se disfruta, tampoco hay necesidad de sufrirlo’’.
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