Pan solidario: la idea de dos hermanas de Río Colorado

Cada domingo, Paola y Antonela Pavés se juntan a amasar, cocinar y luego repartir entre quienes más lo necesitan unos 100 panes. “A nosotros nunca nos sobró nada, vivimos como la mayoría, con lo justo, y por eso sabemos qué se siente cuando no tenés nada de comer”.

En Río Colorado cada vez son más las personas se suman a movidas solidarias para darles una mano a familias de bajos recursos. Independientemente de la labor del gobierno de turno, existen varias acciones de familia que brindan una mano para ayudar sin bombos, ni platillos y algunas de las iniciativas llegan a conmover.


Entre ellas se encuentran las que llevan adelante las hermanas Paola y Antonela Pavés quienes cada domingo, desde muy temprano cocinan pan casero para repartir por los distintos barrios entre los necesitados.


Ambas llegan a la cocina desde las 6 de la mañana y mientras la habitación comienza a tomar temperatura con la calefacción que les permitirá pasar el frío intenso de las mañanas de invierno, entre ambas se van turnando para comenzar con el amasado de la bolsa de 25 kilos de harina de donde sacaran 100 panes.
Las hermanas hacen todo el procedimiento en forma manual y artesanal sin utilizar ninguna moderna maquinaria.


“Vemos que mucha gente la está pasando mal y queríamos aportar nuestro granito de arena llevando pan. Sabemos que no le solucionamos los problemas, pero a lo mejor a esa familia si no llega a tener nada para comer, con este pan pueden pasar el día”,
comentó Paola.


“La pandemia está provocando que mucha gente pase necesidades. Muchos perdieron el trabajo y conocemos vecinos que hay días que no tienen para darles de comer a los chicos. Nos gustaría ayudar con mucho más” reflexiona Antonela, que está cursando el primer año de medicina.
Las chicas están proyectando para el día del niño sumar una especie de vianda con rosquitas o tortas fritas,más alguna botella de leche o chocolate. “Se nos parte el corazón al saber que hay muchos chicos que comen solo una vez al día, es por eso que tenemos la idea de sumar otras cositas que sirvan a los pequeños.”


Por el momento, la gran mayoría de los elementos para cocinar son aportados por ellas y sus familiares, aunque están abiertas a recibir alguna donación para aumentar la producción , pero remarcaron que no reciben dinero, solamente mercadería.
“El pan tiene un significado especial en las mesas de las familias y es un alimento rápido que puede ser acompañado por un mate, una te o un vaso de leche. Y conocemos vecinos que de esa forma zafan un día, esperando con esperanza que al día siguiente la suerte cambie. El pan tiene un significado de fe”, dijo Paola.


“Por eso elaboramos pan casero y con mi hermana lo hacemos de corazón. A nuestra familia nunca nos sobró nada, vivimos como la mayoría de la gente, con lo justo y es que por eso sabemos qué se siente cuando no tenés nada para comer o para darles a tus hijos, es un dolor en el corazón impresionante”, añadió Antonela.
Luego del tiempo de leudado, las chicas llevan una a una las bandejas al horno de la cocina por unos 30 minutos. Con el centenar de panes ya con la temperatura adecuada llenan las cajas y a las 11 de la mañana ambas se van a un punto de referencia de los barrios ya determinados (Villa Mitre, Barrio Unión y Buena Parada), y esperan la llegada de la gente.


“Muchos de los que se acercan lo hacen tímidamente y hasta con vergüenza. Conocemos a muchos que hoy por la falta de trabajo no logran darle algo para comer a los chicos y por eso acuden a los distintos lugares donde familias de nuestro pueblo hacen actos de solidaridad haciendo comida, ropa para entregarlos a los que la están pasando mal”, dice Paola.


La cantidad de pan se entrega según las necesidades que expresan las personas. No faltan aquellos que al ver la movida, quieren colaborar comprando el pan, pero también se les entrega gratuitamente con la intención que se entienda el mensaje solidario.
Antonela comenta que “nosotros no buscamos dinero, queremos dar lo que hacemos a los que lo necesiten y si existen personas o empresas que quieran colaborar con harina o levadura, estaremos contenta de recibirlos, pero dejamos en claro que no queremos dinero solo mercadería.”
“Es una gran satisfacción hacer esto de corazón, porque a lo mejor con un pan casero ayudas a una familia que la está pasando mal”, cerró Paola.


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