«Palabras que no dijimos», la obra neuquina que estrena este lunes por streaming
Ganadora del concurso organizado por el Teatro Nacional Cervantes, la obra escrita por Fernanda Marino y dirigida por Silvana Feliziani se podrá ver hoy de manera online en el marco del festival Bi-Nacional Argentina-México.
Dos mujeres tienen una vida juntas. Son sólo ellas. Hasta que un día alguien golpea la puerta: un chico, el hijo de una de ellas. ¿De dónde viene? ¿Por qué viene? ¿Qué fue de su vida? Preguntas que se una de las mujeres, pero también la otra mujer, la madre. Ambas lo desconocen. Y él a ellas, aunque una de ellas sea su madre.
El chico necesita saber su madre, una mujer a la que no conoce salvo por una foto suya, siendo un bebé en brazos de esa mujer que es, debería ser, su madre. Decide reconstruir su identidad y el viaje lo lleva a la puerta que un día decide golpear.
De eso trata “Palabras que no dijimos”, de las vidas de las personas, sus vínculos y, sobre todo, de qué están hechos esos vínculos.
Ganadora del Concurso de Dramaturgia “Nuestro Teatro”, una convocatoria que el Teatro Nacional Cervantes ideó el año pasado a partir de la pandemia por el coronavirus que interrumpió abruptamente y -en aquel momento- por tiempo indeterminado, la obra escrita por Fernanda Marino y dirigida por Silvana Feliziani será estrenada este lunes, a las 23, en el marco del festival Bi-Nacional México-Argentina “De punta a punta”, organizado por el Instituto Nacional del Teatro. Un poco de historia. “Palabras que no dijimos” es el resultado de un ejercicio de escritura que Marino decidió desarrollar el año pasado, cuando la cuarentena estaba a la vuelta de la esquina.
Ya en medio del parate, el Teatro Nacional Cervantes ideó un especialmente diseñado para generar los instrumentos necesarios para que el conjunto de las artes escénicas siguiera funcionando. Así, las obras seleccionadas serían filmadas para ser estrenadas en formato audiovisual mediante una plataforma de streaming.
Marino mandó su obra recién terminada y en agosto, acaso en el peor momento de la pandemia, recibió una noticia que le cambió radicalmente su perspectiva: “Palabras que no dijimos” había sido seleccionada, junto a otras 68 obras de todo el país sobre un total de 1548 textos presentados. “Imaginate la alegría al recibir la noticia”, expresa Marino, durante un diálogo con Río Negro.
La obra, actuada por actuada por Agostina Chiapetta Bersán (Ana), Alejandra Kasjan (Verónica) y Martín Muñoz Pérez (Lucas), todos ellos elegidos mediante un casting abierto, reflexiona, según su autora, sobre los vínculos y cómo nos relacionamos con los demás.
La obra se estrena de manera online este lunes a las 23 en el marco del Festival Bi-Nacional México-Argentina «De punta a punta», organizado por el Instituto Nacional del Teatro, ingresando a http://interactuar.gob.ar/
“Palabras que no dijimos” plantea una diversidad de vínculos que van a dialogar (o no) a lo largo de la obra: en principio, los vínculos que unen a Ana y Verónica como pareja, pero también los vínculos que deberían unir a Ana con Lucas, ese hijo al que prácticamente no conoce. Qué hay de los vínculos que deberían surgir (o no) entre Verónica y el hijo de su pareja y cómo se reformulan los vínculos entre ellas, a partir de la llegada de Lucas. Porque si Lucas es un ser extraño para Verónica, no lo es menos para la propia madre del muchacho. Entonces, la pregunta que atraviesa la obra: ¿de qué están hechos nuestros vínculos?
Nacida en Tandil, pero radicada en Neuquén desde hace unos veinte años, Fernanda Marino es actriz y directora, además de docente, pero, sobre todo, es dramaturga: de todo el quehacer escénico es en la escritura donde parece haber encontrado su lugar.
“Siempre uno escribe con lo que tiene a mano, tus recuerdos, vivencias, cosas que te contaron, cosas que te impactaron. No es que las obras son autobiográficas, pero siempre empezás a sacar de tu universo interno para escribir, es la única forma de escribir de manera auténtica”, sostiene Marino, a modo de declaración de principios. Sobre el punto de partida de esta obra en particular, “tenía en tenía claro que era alguien que llegaba de manera impactante a la casa de una pareja”.
Esa pareja es, en el caso de “Palabras que no dijimos”, una pareja de mujeres. “En general, todas mis obras muestran el mundo femenino. Me interesa contar ese mundo, aunque no necesariamente lésbico, pero sí qué les pasa a las mujeres ante determinadas circunstancias de la vida, cómo reaccionamos, cómo aplicamos y explicamos nuestra sensibilidad y cómo somos diferentes sin que esa sensibilidad sea leída como debilidad”.
La puesta en escena de la obra quedó en manos de Silvana Feliziani, amiga, colega y colaboradora de Marino, quien se puso a trabajar en octubre pasado en la preproducción. Una de las particularidades que tuvo el trabajo fue que contó con un presupuesto para trabajar, producto del premio del concurso, además de un cachet para las actrices, el actor, la directora y la autora.
El trabajo comenzó de manera online con los castings. Cuando se conformó el elenco siguieron trabajando de manera remota hasta que pudieron tener los primeros acercamientos presenciales al aire libre, en plazas, donde delimitaron el escenario con hilos para trabajar las primeras líneas de acción. Así, hasta que pudieron volver a la sala protocolos mediante. Paralelamente, se fue conformando los equipos técnicos y escenográficos.
“Fue la primera vez que trabajé con un presupuesto, por lo que también asumí la labor de productora”, cuenta Feliziani. “El presupuesto nos permitió pagar toda la producción de la obra, tuvimos facilidades económicas inéditas. En las producciones locales suele ser todo de forma cooperativa”. Uno de los hechos destacados a partir del presupuesto fue la posibilidad de contar con música original, cuya composición estuvo a cargo de Carlos Tendler.
Entre tantas cosas inéditas alrededor de esta puesta en escena, otra de ellas fue la cercanía física y afectiva entre autora y directora, algo que no suele suceder. “Conversamos mucho sobre los criterios, qué entendía ella de la obra, tener en claro cuál es el conflicto y cual el registro de la actuación; luego, quedó todo en sus manos, yo no intervine más”, revela Marino sobre el trabajo de Feliziani. “Es muy difícil para quien dirige el tener que trabajar con la autora ahí. Es muy difícil para el elenco también. Quien marca el rumbo de la puesta es la directora”.
Luego de tres meses de preproducción, la obra se filmó a cuatro cámaras en enero en El Arrimadero Teatro. Y para Marino fue raro: “Yo no termino de convencerme. El teatro es otra cosa, cada función es diferente porque podés corregir cosas, la energía de cada función nunca es la misma. En cambio, lo que se filmó quedó ahí, registrado, y es lo que va a ver todo el mundo”.
Marino lo define como un híbrido entre un audiovisual, como si fuera un corto, y una obra de teatro propiamente dicha. “Las obras de teatro nunca se filman como se filmó esta porque cuando se filma se hace a una sola cámara fija. Acá había pautas determinadas que mandó el teatro Cervantes, que podían incluir primeros planos, había que aprender a hablar con el micrófono, todas cuestiones ajenas a la obra en sí y al teatro, en definitiva”. Más allá de lo extraño que haya sido filmar una puesta en escena, Marino reconoce que lo bueno de haber sido filmada es que la obra puede viajar por todo el mundo y ser vista una diversidad impensada de públicos.
Como directora, Feliziani aclara que no modificaciones en la puesta para las cámaras, aunque aclaró nunca será lo mismo una obra presencial que una filmada. En cambio, donde sí influyó la cuestión fílmica fue en la iluminación de la puesta.
«Palabras que no dijimos», ficha técnica
Autora: Fernanda Marino.
Directora: Silvana Feliziani.
Elenco: Agostina Chiapetta, Alejandra Kasjan y Martín Muñoz Pérez.
Diseño de escenografía e iluminación: Bárbara Treves Morán.
Realización escenográfica: Bárbara Treves Morán y Miguel Monne.
Música: Carlos Tendler.
Dirección de cámara y fotografía: Tomás Rodríguez.
Equipo audiovisual: Javier Andrés Cea y Miguel Guiñazú.
Edición: Tomás Rodríguez.
Sonido: Miguel Monne.
Maquillaje: Rosario Muñoz.
Fotografía: Marianela Baggio.
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