Otra víctima del poder de turno

Por Alicia M. Comelli

El vergonzoso manejo que está haciendo el gobierno nacional del proyecto de Corredor Ferroviario Bioceánico Trasandino Sur, cuya ejecución se niega a apoyar simplemente porque uno de sus tramos corre por el territorio de la provincia del Neuquén, indica que este preciado emprendimiento de objetiva utilidad nacional va en camino de ser una de las tantas víctimas de la política partidista y de exclusión alentada por el centralismo, paradójicamente hoy encarnado en algunos patagónicos.

Así, han priorizado el Ferrocarril Trasandino Central, que uniría la ciudad de Mendoza con la localidad de Los Andes en Chile, sosteniendo que ofrece mayor grado de certidumbre financiera y viabilidad económica, aunque en realidad implica una inversión de 100 millones de dólares más que el Trasandino del Sur, una red férrea de 220 kilómetros que une Zapala y Lonquimay, y es más conveniente por la sencilla razón que la cordillera neuquina tiene menor altitud y permite la continuidad del tráfico aun en pleno invierno. Este año el invierno de los Andes mendocinos se ha cobrado vidas. Hacer el centro del tráfico multimodal por una zona de mayor riesgo climático pudiendo escogerse otra mucho más viable es, de por sí, un despropósito que va a ocasionarle al país serios perjuicios.

Parece que los «consultores» que contrató el gobierno nacional para defenestrar el Trasandino del Sur no han podido ver esto como sucede siempre cuando se mira con prejuicio, desconocimiento y egoísmo. La decisión del gobierno del Dr. Néstor Kirchner implica lisa y llanamente marginar a nuestra región de la posibilidad de ser uno de los focos de integración más importantes del mundo.

El proyecto de traspasar los Andes con una vía férrea a la altura de Neuquén data de fines del siglo XIX, cuando el Ferrocarril Sud llegó en 1899 a la ciudad de Neuquén y en 1914 a la ciudad de Zapala. El objetivo «de máxima» fue llegar al océano Pacífico y países de Oceanía a través del paso de Mallín chileno, aprovechando la vinculación con el sistema ferroviario chileno y utilizar los puertos de Concepción y Talcahuano.

Con los años, la conveniencia de tomar decisiones nacionales sobre las vinculaciones interoceánicas se hace cada vez más necesaria frente a las concepciones que hacen a la integración regional, a la economía globalizada y que el futuro inmediato de la economía mundial está pasando y pasará por el área de China, Japón y el sudeste asiático. El Trasandino del Sur podría articular un verdadero sistema nacional con las líneas ferroviarias del país a cargo de Ferroexpreso Pampeano SA, Nuevo Central Argentino SA, Buenos Aires al Pacífico San Martín SA, Patagónico y Unidad Ejecutora Programa Ferroviario Provincial de Buenos Aires y, eventualmente, daría un fuerte impulso al Ferrocarril Transpatagónico, cuya punta de riel sería la localidad de Ushuaia. Esto tendría una importante implicancia económica y social con resultados en baja de fletes, celeridad, seguridad y otros factores que cambiarían rotundamente el panorama actual de las vías de comunicaciones terrestres en la Argentina, que distan mucho de ser las que merecemos.

Frente a estos datos, reclamamos una decisión nacional que acompañe de manera decisiva y comprometida los esfuerzos que en solitario ha encarado la provincia del Neuquén, que el gobierno nacional desgrave del IVA a todos los bienes de capital e insumos afectados a la construcción del Trasandino del Sur, como lo prevé para el gasoducto del Noroeste o el Patagónico. En definitiva, que cumpla con las leyes nacionales que le encomiendan dar los pasos necesarios para concretar las obras como el Trasandino del Sur, sancionadas a instancias de sus propios partidarios, leyes Nº 23.253 (Tren Trasandino) y Nº 24.364 (Tren Transpatagónico) el Trasandino del Sur como el Transpatagónico.

La provincia del Neuquén, interpretando el enorme interés de la región toda en empezar cuanto antes con las obras del Trasandino, ha emprendido la construcción de un tramo de aproximadamente 10 km y realizó intensas gestiones para el financiamiento internacional de las obras, todas ellas boicoteadas por el gobierno nacional.

Parece que en este país «federal» sólo hay decisión política para Buenos Aires, a través del Plan Nacional de Inversiones Ferroviarias (Planifer), 300 millones de pesos este año, en distintos ramales ferroviarios interurbanos, metropolitanos y en la red de subterráneos de la Capital Federal, 300 millones de pesos que por vía de subsidios jamás se recuperarán. Mientras tanto «los de acá» seguiremos viendo desde afuera, apostando a la idea de que la grandeza del país es patrimonio de todos y que por lo tanto podemos asumirla nosotros mismos con nuestras decisiones.

(*) Diputada nacional


El vergonzoso manejo que está haciendo el gobierno nacional del proyecto de Corredor Ferroviario Bioceánico Trasandino Sur, cuya ejecución se niega a apoyar simplemente porque uno de sus tramos corre por el territorio de la provincia del Neuquén, indica que este preciado emprendimiento de objetiva utilidad nacional va en camino de ser una de las tantas víctimas de la política partidista y de exclusión alentada por el centralismo, paradójicamente hoy encarnado en algunos patagónicos.

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