Volcanes, cóndores, arroyos: vení a ver estas maravillas del norte neuquino
Ricardo Kleine Samson comparte el relato y las fotos de su recorrida por el norte de la provincia que ya muestras sus paisajes nevados.
«… Venga, acompáñeme… demos un paseo por el barrio… ¡Qué lindo día que nos tocó…! Mire, aquel que se ve allá…el blanco… ¿lo ve…? bueno, ese es el Domuyo… ¡No, no, no…! Ese que Usted dice es el cielo, el Domuyo está más abajo con forma de montaña… no se preocupe, también me lo confundo con el cielo nublado… cuando el Domuyo se viste de blanco le queda muy bien, le sienta bien y ese contraste con esas líneas negras…y esos pastos amarillos que asoman de la nieve como saludando le dan un toque a todo este paisaje. ¡Vio qué lindo…!
Aquella huella que se ve por allá es la ruta a Tricao Malal… ya está toda nevada y estas huellitas pequeñas que están ahí, esas chiquitas, han de ser de algún zorro que anda buscando comida… ¡¿El Talampaya…?! ¿Dónde ve al Talampaya…? No, mi amigo…esos son los cañadones del arroyo Covunco, son imponentes… ¡Gigantes de roca…! ¿Vio que inmensidad…?
Y ese que va por ahí abajo es el arroy…¡¡No…!! No es el Limay, es el arroyo Covunco…¡A ver…! Ubiquémonos, estamos en el norte de la Pcia. de Neuquén… Usted está confundido… ¡¿Cómo va a confundir el Covunco con el Limay?!
¡Dígame… ¿No se cansa de equivocarse…?! No, no son jotes, parecen; son cóndores que les gusta chusmear y siempre están atentos a quien anda por aquí, siempre andan merodeando. ¿Sabe por qué tienen el cuello sin plumas como los jotes? … porque son carroñeros y al meter la cabeza en los cadáveres las plumas del cuello se les llenaba de sangre y restos de vísceras y se les infectaba el cuello y la evolución le eliminó, de un plumazo, las plumas. ¡Santo remedio…!
Este lugar es precioso, aquel es el río Atreuco y aquel el cajón de este mismo río.
¡¿No me diga que no es una maravilla…?! Aquel arroyo humeante le dicen Saltitos de la Mosca, son aguas calientes y ese vapor es por la diferencia térmica entre el agua y el frío que está haciendo ahora…
Y aquellos son chivitos pastando… ¡Qué estampa tan bonita…!
Sigamos…a ver…dígame, ¿qué es eso…? esas olletas humeantes… ¿las ve…? esas, ¿que son…? ¡¡Muy bien…!! era hora… Son laboratorios, muy bien.
Son aguas sulfurosas e hirvientes que brotan de las entrañas de la tierra en las proximidades del volcán Domuyo, llegan a tener más de 90° de temperatura…son como aquel infierno de la niñez al que nos amenazaban ir si nos portábamos mal…¡Se acuerda…? ¡Qué susto que nos agarraba…!
En ellas hay una variadísima y rica vida microbiana que, en su momento, hace cientos de miles de millones de cosas, la naturaleza ensayó diversas formas de uniones moleculares que dieron origen a la vida…y, fíjese, que hay unas pequeñas mosquitas que las usan de alimento… ¿las alcanza a ver…? Acérquese, mire qué curioso…
Estas aguas son motivo de estudios de los biólogos evolutivos, de hecho, han venido investigadores alemanes a estudiarlas. ¡Ahhh si, si…! en eso no se equivoca…en mi barrio hay de todo y es una belleza y lo mejor es que tiene vista al universo ¡Mire esa maravilla…!
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