Vaca Muerta y la doctrina Bullrich
La ministra de Seguridad llegará a Neuquén el lunes para presentar el comando antibloqueos. Rolando Figueroa activó nuevamente el operativo “equilibrio” para no mostrarse ni muy contento ni muy enojado con la situación.
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, llegará este lunes a Neuquén para dar por inaugurado el anunciado comando antibloqueos con el que busca garantizar la seguridad en zonas productivas como la de Vaca Muerta.
La funcionaria de Javier Milei presentará el grupo de al menos 140 gendarmes que funcionarán como “escuadrón contradisturbios” en el Batallón de Ingenieros de Montaña 6 de la capital, aunque el asentamiento permanente quedará, cuando se terminen de acondicionar las instalaciones, en la ciudad rionegrina de Allen.
Bullrich le había pedido a las empresas petroleras que le gestionaran un lugar “definitivo” en Añelo, pero parece no haber tenido éxito.
Al gobierno neuquino no termina de cerrarle del todo la injerencia de las fuerzas de seguridad nacionales en su territorio. Rolando Figueroa activó nuevamente el operativo “equilibrio” para no mostrarse ni muy contento ni muy enojado con la situación: no participará de la presentación en el Batallón por cuestiones de agenda previa, aseguran, pero sí enviaría a su ministro de Seguridad, Matías Nicolini.
Hay un antecedente bastante cercano de un cruce entre el oficialismo de Neuquinizate y Bullrich por la acción o inacción del gobierno provincial frente a bloqueos de comunidades mapuche en varias plantas tratadoras de residuos petroleros de Vaca Muerta. En septiembre pasado, la funcionaria había criticado durante un encuentro del Club del Petróleo que Figueroa no desalojara los piquetes, habiendo una orden judicial. “Le mando a la gendarmería y se terminó”, había planteado frente a los empresarios.
La publicación de estos dichos sacó rápidamente a diputados y referentes del gobierno a defender a Figueroa y a la autonomía de Neuquén para resolver sus conflictos. El gobernador, más tarde, puso paños fríos: “No fue lo que dijo”, justificó a Bullrich.
Esos bloqueos finalmente se resolvieron con un compromiso del ministro de Gobierno, Jorge Tobares, de registrar las cinco personerías jurídicas y a finalizar los relevamientos territoriales que estaba reclamando la zonal Xawnvko de la Confederación Mapuche. Al final el plazo se cumplió, pero la promesa no.
El jueves pasado, junto con el anuncio de la visita de Bullrich, los dirigentes mapuche retomaron las acciones directas en varios puntos de Vaca Muerta, en Rincón de los Sauces, Añelo y Tratayén. ¿Cómo se verá eso este lunes cuando la referente del PRO visite suelo neuquino?
El gobierno de Figueroa deberá definir de una vez si convalida las pretensiones de este sector de la Confederación Mapuche, a riesgo de detonar un conflicto con las comunidades que están en oposición, o bien idear una solución salomónica que contenga a todos. No parece tan cerca esta segunda. El tiempo pasa, la industria se inquieta.
Pero la mano dura de Bullrich y la gendarmería ya se aplicó en la región durante la gestión de Mauricio Macri y dejó más que un problema.
En la Legislatura hubo hace algunas semanas un intento de repudiar la creación del comando antibloqueos a través de proyectos del FIT y del Movimiento Popular Neuquino, bajo el argumento de que la seguridad de cada territorio “es competencia de las provincias y los recursos naturales también”. La iniciativa del exoficialismo, ahora aliado de Figueroa, proponía el “rechazo ante cualquier intento del gobierno nacional de apropiarse de la seguridad provincial”.
A la presidenta de la comisión de Derechos Humanos e integrante de Comunidad, Yamila Hermosilla, le tocó un trago amargo porque había considerado viable aprobar esa iniciativa, pero sus propios compañeros de bloque la hicieron “entrar en razón”: los proyectos quedaron cajoneados.
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