Sur, la moneda de Latinoamérica en el nuevo mundo
Lula propone incrementar la integración regional y fortalecer la soberanía monetaria de la región a través de una divisa digital capitalizada por todos los países que adhieran.
El anuncio de Lula, candidato a la presidencia de Brasil -con amplias posibilidades de victoria- sobre la necesidad de Latinoamérica de crear una moneda común (“Sur” sería en principio su denominación) para dejar de depender del dólar, ha conmocionado al mundo económico de nuestro continente. La noticia se ha difundido rápidamente por nuestro continente y los principales portales económico y financieros del mundo, en un marco global de confrontación bélico, geopolítico, económico y financiero. La globalización de Occidente ya es pasado y el mundo atraviesa ahora lo que evaluamos como la nueva etapa: la desdolarización.
¿Qué significa esto? Pues que el patrón monetario del comercio mundial y de fijación de los principales precios internacionales comienza a evidenciar una acelerado retroceso: su devaluación es constante y el retroceso en su uso entre países de gran porte económico, incluida la primera de ellos en PBI, China.
Es tan notorio el proceso de que la India, Turquía, China, Rusia, una gran cantidad de países del sudeste asiático, comercian sus productos principales en su propias monedas nacionales por fuera del dólar. Hace algunas semanas la subdirectora del FMI (Gita Gopinath) advertía que la hegemonía del dólar corría peligro frente a las sanciones económicas contra Rusia, fragmentando el sistema monetario mundial.
Hace pocos días, el Banco central de Israel (que se ubica en la esfera geopolítica de Occidente) anunció que comenzará adquirir yuanes chinos como otra moneda de reserva de divisas. El Banco global JP Morgan anunció en su informe trimestral que las reservas en dólares mundiales estaban en sus mínimos históricos a finales del 2021 (59%)
La alternativa que plantea Lula ya había sido esbozada en 2008 por algunos mandatarios latinoamericanos para desvincularse del dólar y fijar una moneda común para el comercio regional con un sistema de compensación regional. La iniciativa del candidato brasileño lleva la firma de un economista y banquero (Gabriel Galipoolo). La idea de incrementar la integración regional y fortalecer la soberanía monetaria de la región vendría instrumentada a través de una moneda digital capitalizada por todos los países que adhieran a la iniciativa, emitida por un banco central latinoamericano. Ya incluso en 2021 el ministro de Economía de Brasil del actual presidente Bolsonaro (Paulo Gedes) había expresado que en algunos años 4 ó 5 monedas globales dominarían el comercio , entre ellas una de Latinoamérica.
Una moneda común latinoamericana podría generar por cierta estabilidad monetaria y crédito para los países y empresas regionales con menos condiciones que las impuestas por los organismos multilaterales (FMI y Banco Mundial), que en realidad son instrumentos geopolíticos y financieros de los EE.UU. para mantener su hegemonía mundial y la del dólar ( fueron creados luego de la victoria en la Segunda Guerra Mundial por la potencia occidental dominante en aquella época). Por cierto esta idea se emparenta con el euro y debe sortear las asimetrías de cotizaciones monetarias a través de algún tipo de caja de conversión que nivele y compense a través de un tipo de cambio fijo de la moneda Sur. Esta divisa debe poder ser convertida en la moneda local de cada país y servir como unidad de cambio entre las naciones latinoamericanos para sus transacciones comerciales. Además deberá fijarse su cotización frente a otras monedas globales para facilitar los intercambios comerciales y financieros.
Por supuesto la resistencia será feroz por parte de los EE.UU. y encontrará la resistencia de los regímenes políticos regionales que adhieran al sistema de dominación que la potencia del norte impone a través de su moneda. Son en realidad la elites locales las que no alcanzan a comprender -en tanto su avaricia- que a través del desarrollo armónico e integrado de América Latina se construyen sociedades sustentables y con algún futuro “vivible” y no a través de la sumisión y el saqueo económico.
* Abogado, docente de la facultad de Economía de la UNCo .
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