A 47 años del golpe, próximos a los 40 de la recuperación democrática y luego de haberse dictado más de 300 sentencias que demostraron la existencia de un sistemático plan de exterminio desarrollado contra una parte de la población argentina entre 1976 y 1983, subsiste un pequeño sector de la sociedad, no huérfano de liderazgo político, que insiste en minimizar y hasta negar lo ocurrido. Ellas son expresiones que bien podrían calificarse como “negacionistas”. Las mismas chocan frontalmente
Comentarios