¿Qué es el síndrome urémico-hemolítico?

Ana Bogado (*)


Con motivo de conmemorarse el 19 de agosto el Día Nacional de la lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es importante generar conciencia sobre esta enfermedad, que es transmitida por la ingestión de agua o alimentos contaminados por una cepa de la bacteria Escherichia coli, productora de una toxina muy potente.

La bacteria se encuentra en el intestino grueso de algunos bovinos, ovinos y otros animales; sobrevive 3 meses a temperatura de heladera y 6 meses dentro de un freezer y subsiste con un pH menor a 4. También hay algunas personas que la poseen en su intestino y la pueden transmitir por falta de higiene en las manos.

Argentina tiene el mayor número de casos de SUH pediátrico por año a nivel mundial. Afecta generalmente a niños menores de 5 años.

Los síntomas iniciales son diarrea acuosa que luego se hace sanguinolenta, vómitos, fiebre y puede continuar con insuficiencia renal aguda, anemia hemolítica, trombocitopenia, disminución de la orina, hipertensión y síntomas neurológicos. Desde que se ingiere el alimento contaminado hasta que comienza la diarrea pueden pasar 3 o 4 días.

Se transmite por la ingestión de agua o de alimentos contaminados, por el contacto con personas o animales portadores de la bacteria. La principal vía de transmisión es la carne cruda y contaminada. Por eso es importante, prestar particular atención a que la carne esté bien cocida, tenga color homogéneo y no desprenda jugos.

La carne picada es riesgosa porque las bacterias pasan de la superficie de ésta al interior del producto y encuentran un medio propicio para facilitar su reproducción convirtiéndola en un vehículo ideal para propagar la enfermedad. Por eso, es fundamental someter las hamburguesas, rellenos o albóndigas a una buena cocción a 75 º C y hasta la desaparición de los jugos para eliminar la carga bacteriana.

Neuquén cuenta con un organismo como el CIPPA – Control de Ingreso Provincial de Productos Alimenticios- dependiente del Ministerio de Producción e Industria, que, desde un enfoque sanitario, releva la trazabilidad de los productos cárneos, constatando su adecuada conservación temperatura y acondicionamiento. Lo hace a través de fiscalizaciones en mataderos, inspecciones de los transportes en los puestos fijos y en operativos móviles. En aquellos casos en donde no se da cumplimiento al requerimiento sanitario, y eso implica un riesgo para la salud pública, se procede a la intervención de los productos.

Además, se implementan programas de buenas prácticas en carnicerías, transmitiendo la importancia aplicarlas en la prevención del SUH. El asesoramiento y la capacitación son pilares a la hora de la prevención.

Al no haber vacunas, el tratamiento de esta enfermedad solo es sintomático. Lo más importante es la prevención, siendo que el 60% de los enfermos se recupera sin secuelas, el 30% permanece con secuelas menores y el 5% evoluciona hacia una insuficiencia renal crónica con la posibilidad de necesitar un trasplante renal.

Es importante tener en cuenta algunos consejos, como el lavado frecuente de manos, fijarse que los alimentos estén bien cocidos y que no desprendan jugos, evitar la contaminación cruzada separando los alimentos crudos de los cocidos, lavar los alimentos antes de consumirlos, utilizar agua potable para beber, consumir leche y lácteos pasteurizados.

* Médica Veterinaria. MN°229. Directora técnica operativa del Control de Ingreso Provincial de Productos Alimenticios (CIPPA). Neuquén.


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