Putin, los servicios secretos rusos y la muerte del opositor Navalni
El caso del líder opositor, quien antes de aparecer muerto en una cárcel en el círculo polar Ártico sufrió un intento de asesinato en 2020 a través de un envenenamiento, sirve como síntesis de la gravedad de la situación que atraviesa Rusia.
ElArchivo.com
Nadie puede hacerse el desentendido sobre la tragedia en la que está sumergida la Rusia de Vladimir Putin desde hace años. En medio de su brutal guerra en Ucrania, que realmente empezó en 2014 cuando invadió Crimea, Putin sigue desplegando una criminal represión interna a la que son sometidos aquellos que se oponen a su régimen.
El caso de Alexéi Navalny, quien antes de aparecer muerto en una cárcel en una colonia penal de la cordillera de los Urales, en el círculo polar Ártico hace pocos días, se lo intentó asesinar en 2020 a través de un envenenamiento, sirve como síntesis para comprender la gravedad de la situación que atraviesa gran parte de la sociedad rusa, según consignó El Archivo.
Por otro lado, el sitio de periodismo de investigación independiente Bellingcat denunció con pruebas contundentes la responsabilidad del gobierno de Putin en el envenenamiento casi mortal con un agente nervioso al opositor ruso más famoso el 20 de agosto de 2020, Alexéy Navalny. No tienen dudas: el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia estuvo implicado en ese hecho.
El informe, publicado ese año, identificó a ocho agentes clandestinos con experiencia en guerra médica y química/biológica que trabajaban bajo la apariencia del Instituto de Criminalística del FSB que había seguido a Navalny en más de 30 ocasiones desde 2017. Al menos tres de estos agentes se encontraban en las inmediaciones de Navalny cerca del momento de su envenenamiento.
El presidente ruso nunca negó las conclusiones a las que había llegado Bellingcat, que detallaban cómo estos agentes del FSB habían estado siguiendo a Navalny, incluso durante su viaje a Tomsk. Sí hizo lo que Putin hace siempre: dijo que esas denuncias se debían a una supuesta cooperación entre Navalny y “agencias de inteligencia de Estados Unidos”.
Putin también negó que el FSB tuviera algún papel en su envenenamiento y afirmó que “si [el FSB] hubiera querido, habría llevado su trabajo hasta el final”. No explicó por qué un sospechoso necesitaría ser vigilado por oficiales con experiencia médica y en guerra química, ni por qué estos agentes se comunicaron con los principales expertos rusos en toxinas nerviosas en los días y horas previos al envenenamiento de Navalny, como reveló Bellingcat.
Según la investigación, el FSB venía siguiendo a Navalny en más de 35 viajes por Rusia desde principios de 2017. Tres de los agentes eran expertos en armas químicas, médicos y agentes de seguridad. Solo unos meses antes, en agosto de ese año, el opositor a Putin cayó en un coma casi fatal en un vuelo de Tomsk a Moscú. Tres laboratorios europeos y la OPAQ identificaron más tarde como un envenenamiento grave con Novichok. Bellingcat publica otro dato esclarecedor: el teléfono de un miembro del equipo del FSB fue geolocalizado a poca distancia del hotel donde Navalny se alojó la noche antes de enfermarse.
Durante esa llamada, uno de los miembros del equipo del FSB, Konstantin Kudryavtsev, un ingeniero químico con experiencia en armas químicas militares afirmó que el equipo del FSB envenenó al político ruso y posteriormente intentó cubrir sus huellas eliminando rastros del agente nervioso de la ropa de la víctima.
Antecedentes
No era la primera vez que los servicios de inteligencia de estuvieron involucrados en envenenamientos y muertes de opositores. Por ejemplo, al político Vladimir Kara-Murza Putin se lo intentó asesinar dos veces. Y Dmitry Bykov, un destacado intelectual ruso y crítico abierto de Putin fue seguido miembros del equipo del FSB (uno del Segundo Servicio y otro del Instituto de Criminalística).
El final de la historia sobre el caso Bykov es fácil de imaginar: cayó gravemente enfermo durante un vuelo y permaneció en coma durante cinco días, sufriendo lo que los médicos diagnosticaron inicialmente como edema cerebral y niveles críticos de glucosa en sangre.
Bykov finalmente fue trasladado a un instituto neurológico de Moscú, donde recuperó el conocimiento el 20 de abril de 2019. Inicialmente los médicos creyeron que podría haber sufrido un derrame cerebral, pero luego cambiaron su diagnóstico a “daño cerebral no especificado” relacionado con una condición de diabetes tipo 2. El documento de alta hospitalaria de Bykov atribuye la emergencia médica a una intoxicación alimentaria bacteriana no identificada.
Si bien sus médicos de urgencias le dijeron en privado que no podían encontrar la fuente del envenenamiento, expertos en armas químicas consultados por Bellingcat confirmaron que los graves síntomas médicos de Bykov podrían explicarse razonablemente con los efectos neurológicos del envenenamiento por organofosforados.
Según Bellingcat, “en el caso de envenenamiento de Navalny el método de aplicación más probable fue rociar o untar el agente en su ropa interior (un escenario menos probable sería mediante la contaminación de alimentos o bebidas). Si el mismo equipo utilizó el mismo método de aplicación (y clase general de agente nervioso) en la operación Bykov poco más de un año antes, el escuadrón del FSB habría tenido que acceder a la ropa interior del objetivo (calzoncillos o camiseta) durante su ausencia desde su habitación de hotel en la tarde o noche del 13 de abril de 2019”.
Según se deduce de las investigaciones, Navalny habría estado expuesto al agente nervioso la mañana del 16 de abril de 2019, cuando se ponía la ropa interior contaminada. Dos expertos en armas químicas consultados por Bellingcat confirmaron que una sustancia de la clase Novichok permanecería activa con una volatilidad y degradación mínimas durante al menos varios días si se ungiera en la ropa, especialmente si era del tipo A-262 y si (pero no necesariamente), se había utilizado encapsulación.
En todos los casos identificados por Bellingcat, el envenenamiento tuvo lugar fuera de Moscú, normalmente durante el viaje de la víctima a una ciudad de provincia.
* Sitio de periodismo de investigación.
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