Profecías que no se cumplen

En cualquiera de sus variantes, la futurología siempre ha sido un buen negocio. Seguirá siéndolo a pesar de que vaticinios, a menudo resultan ser fantasiosos.

Desde la edad de los profetas bíblicos hasta nuestros días, quienes se dicen capaces de prever lo que ocurrirá en el futuro han influido mucho en las decisiones de monarcas, políticos, empresarios y otros mortales. Es tan fuerte la voluntad de creer que por lo menos algunos están en condiciones de hacerlo que a los augures de moda nunca les han faltado clientes. En cualquiera de sus variantes, la futurología siempre ha sido un buen negocio.

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