Crisis en el PJ de Río Negro: los tres escenarios (negativos) que pueden llegar
La decisión de la Justicia Electoral, que no avaló las sanciones pero que instó a elegir congresales, abrió una riesgosa carrera contra el tiempo para el partido.
“La Justicia nos dio la razón”, afirmó esta mañana el intendente de Lamarque, Sergio Hernández.
“La Justicia nos dio la razón”, le dijo más tarde a RÍO NEGRO el legislador sorista José Luis Berros.
El PJ siguió chocando contra sus muros internos después de la decisión de la jueza federal Carolina Pandolfi, que dejó sin efecto las sanciones contra el senador Martín Doñate y los referentes de su sector, pero que también insistió en la necesidad de llamar a elección de congresales antes del sábado.
Ese toma y daca llega sin reparar en que esta vez el partido se expone a consecuencias más complejas que las provocadas por las batallas dialécticas que son folclore para el peronismo.
Nada bueno para los afiliados aparece en el nuevo escenario.
Si el 10 de septiembre llega sin una convocatoria a elección de congresales, los efectos pueden ser diversos, pero todos con impacto negativo para el conjunto.
El más fuerte sería la declaración judicial de caducidad para su personería jurídica, algo que viene advirtiendo la jueza Pandolfi, porque se cumplen cuatro años desde la proclamación de las actuales autoridades y no hay prórroga prevista en la Carta Orgánica.
Dirigentes consultados hoy indicaron que, una vez vencido el plazo, el Poder Judicial recién se dispondría a activar el proceso, previendo que existen chances de “discutir” jurídicamente una eventual sanción.
Pero son todas especulaciones y esos mismos voceros admitieron que un avance judicial en esa dirección implicaría el riesgo de la exclusión formal del PJ del próximo proceso electoral de la provincia.
Otro camino incierto se abriría con una intervención nacional. Hay experiencias poco deseables de repetir: en la provincia de Corrientes el partido lleva más de tres años en manos foráneas.
Finalmente, también podría ocurrir que el grupo del senador Martín Doñate insista y consiga que se autorice a votar congresales el 29 de enero.
Pero a esa altura, la grieta con el sorismo será más grande.
Y la unidad, tantas veces proclamada en el peronismo, una quimera.
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