Opositores a Putin toman las armas en Ucrania
Cansados de protestar y ser reprimidos, muchos deciden sumarse a la “legión extranjera” que combate la invasión, para debilitar a su gobierno.
En un barranco arenoso cerca de Kiev, la capital ucraniana, soldados con camuflaje militar aprenden los rudimentos de la guerra. Son rusos y vinieron a luchar contra sus compatriotas.
Estos hombres pertenecen a una nueva unidad, formada por unos cincuenta rusos y conocida como “Batallón Siberiano”, que se unió al ejército ucraniano.
“Decidí ir a Ucrania para luchar contra Rusia, contra el régimen de (Vladimir) Putin, contra el imperialismo”, explica uno de los combatientes, alias Grecha.
La guerra en Ucrania ha atraído a voluntarios extranjeros de todos los rincones del mundo. La mayoría se sumaron a la Legión Internacional, de la que forma parte el Batallón Siberiano.
Con el rostro cubierto, los hombres no quieren revelar sus verdaderos nombres.
En el grupo hay rusos, opositores firmes del régimen de Moscú, y miembros de grupos étnicos minoritarios de Siberia.
El Batallón Siberiano no es la única unidad de rusos que combaten junto a Ucrania.
En la primavera pasada otras dos formaciones fueron noticia tras breves incursiones en la frontera rusa.
Se trata del Cuerpo de voluntarios Rusos, que tiene vínculos con la extrema derecha y los hooligans, y la Legión Libertad de Rusia.
“Perfectamente legal”
Bajo condición de anonimato, el portavoz de la Legión Internacional no dice cómo los rusos entran a Ucrania. Solo indica que algunos vienen en grupos pequeños y otros solos.
“No los hacemos pasar en las cajuelas de los autos”, asegura.
“No se trata de cruces ilegales. Es perfectamente legal”, insiste el portavoz.
Los reclutas están bajo contrato militar y no hay prisioneros de guerra, añade.
Grecha nació en Crimea, península ucraniana anexada por Rusia en 2014, pero ha vivido casi toda su vida en Moscú, donde trabajaba como auxiliar médico.
“Debemos liberar Ucrania, la patria en la que nací en Crimea, es mi sueño”, dice este hombre.
Cuenta que participó en las manifestaciones de la oposición rusa contra la guerra pero según él fueron “inútiles”.
“Actualmente en Rusia hay una dictadura”, estima.
“No estoy en la cárcel, no soy un agente extranjero, pero tengo la impresión que el Estado otorga cada vez menos libertades a sus ciudadanos”, explica.
Este hombre salió de Rusia en 2022 y trató de ir a Ucrania pero “al inicio no había ninguna organización, ninguna información sobre cómo entrar”.
Se quedó en países que no piden visado a los rusos, hasta que encontró una organización llamada Consejo Cívico, que recluta para el Batallón Siberiano, en Varsovia.
“Necesitamos la victoria de Ucrania”
Según Grecha, la organización aceptó llevarlos a Ucrania a él y a su esposa. “Esperé en países terceros, hasta que un día maravilloso me escribieron (…), nos dieron un itinerario y así entramos a Ucrania”, cuenta.
Sus padres no saben que se alistó. “Tenemos opiniones diferentes sobre esta guerra. Hemos hablado al respecto varias veces y siempre terminamos discutiendo”.
Otro combatiente, que se hace llamar Chved, cuenta que se fue de Rusia hace más de diez años “debido a la persecución política” y que vive en Suecia desde 2011.
“Participé durante mucho tiempo en acciones antigubernamentales y anti-Putin, y me vi obligado a emigrar”, dice este hombre que se define como “anarquista”.
Entre otros rusos que se unieron al Batallón Siberiano figura el activista anti-Kremlin Ildar Dadin.
“En esta guerra, Ucrania está del lado de la libertad del pueblo”, asegura Chved, que combate desde el verano pasado en otra unidad.
“Lo que tenemos que hacer ahora es derrotar a la Rusia de Putin”, dice, con la esperanza de que esto desencadene un cambio político en Rusia y Bielorrusia, su aliado. “Y para eso necesitamos la victoria de Ucrania”, concluye.
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