Neuquén: “Pulmones Verdes” eran los de antes

Omar Enrique Driussi*


Desearía que el espíritu creativo de Carlos Thays se materializara en los neuquinos. Seguramente, él no hubiese aprobado un desarrollo inmobiliario dentro de un espacio verde.


Como ciudadano de Neuquén, estoy preocupado por las decisiones que afectan a los espacios públicos. En el año 2018 se utilizó el término “pulmón verde” para referirse al destino ecológico del predio de la ex – Unidad Penitenciaria N° 9, invitando a la comunidad a acercar ideas al respecto.

Posteriormente, nos enteramos que de la superficie transferida de 9 hectáreas, la mitad era para la provincia y la otra para la ciudad; de la apertura de calles dentro del predio, y de un desarrollo inmobiliario en otra parte del mismo, lo que desencadenó en el enojo y justo reclamo de vecinos y organizaciones por el impacto ambiental negativo.

Considero oportuno -antes de la próxima audiencia pública-, recordar el criterio técnico y moral -utilizado en el pasado-, para los parques, plazas y paseos públicos que embellecen nuestro país.

El creador del término


Carlos Thays era un arquitecto, naturalista, paisajista y urbanista francés, que vino a la Argentina en 1889 para el diseñar y construir el magnífico Parque Sarmiento de la ciudad de Córdoba. Al terminar su obra planeaba regresar a su país natal, pero el intendente de Buenos Aires le ofreció el cargo de Director de Parques y Paseos. Thays era hombre de principios y sólo aceptaría el desafío si había un concurso previo, que en mérito a sus antecedentes ganó por unanimidad a pesar de existir otros seis postulantes.

En su “informe de acción futura”, hacía hincapié en dos conceptos: lo natural y lo higiénico de los espacios verdes, y consideraba a los jardines urbanos públicos como “Pulmones de las Ciudades”, refiriéndose a “los efectos producidos por los vegetales y su influencia sobre la moral del hombre”.

Tuvo a su cargo la creación, remodelación y ampliación de 69 plazas y paseos públicos en Buenos Aires, entre las que deben citarse los parques Centenario, Lezama, Patricios, Chacabuco, Avellaneda, Barrancas de Belgrano, Tres de Febrero (conocido popularmente como los Bosques de Palermo), y las plazas Constitución, Congreso y de Mayo, entre las principales.

El estilo francés que imprimía a sus obras puede apreciarse en la utilización de puentes, glorietas, fuentes y faroles arquitectónicos. Sin embargo, supo aprovechar la hermosa floresta autóctona con especies como lapachos, ceibos, palos borrachos, jacarandás, entre otras.

Creó el Jardín Botánico de Buenos Aires que conjuga naturaleza, arte y educación, en 7 hectáreas con más de 1.800 especies de la flora argentina y del mundo.

Realizó también 16 proyectos cívicos en otros lugares de Argentina: Parque San Martín en Mendoza, Parque Independencia en Rosario, Parque 20 de Febrero en Salta, Parque 9 de Julio en Tucumán, Parque Urquiza en Paraná, “Plaza 25 de Mayo” en Catamarca, el Boulevard Marítimo en Mar del Plata, entre los más importantes. Además, desarrolló una gran actividad protegiendo el patrimonio natural al promover la creación del Parque Nacional Iguazú, incentivando los estudios científicos de la flora de América del Sur.

Los testimonios hablan de un trabajador incansable, al que apodaron “el Jardinero de la República”. Solía decir que: “La felicidad anida más en la nobleza de un bosque que en el lujo sin verde”.

Un parque integral a imitar


El actual Parque Chacabuco era antiguamente el Polvorín de Flores, hasta en que en 1898 hubo una explosión que destruyó todo. A raíz del accidente, la Municipalidad de Buenos Aires decidió que la mejor manera de aprovechar este espacio sería construyendo un paseo público. Pero, como los terrenos pertenecían al Gobierno Nacional, primero gestionó su cesión, que finalmente fue otorgada.

Se autorizó entonces su construcción, cuya traza estuvo a cargo de Carlos Thays y el Parque Chacabuco fue inaugurado oficialmente en 1903; un espacio verde de 22 hectáreas que rinde homenaje a la victoria del General José de San Martín sobre las tropas realistas.

Poco a poco, se convirtió en el emblema de la gente del lugar que expresó un sentimiento de orgullo y pertenencia, motivando una ordenanza municipal para la creación del barrio homónimo.

En la foto se ilustra el rosedal y la vegetación que conforma ese “pulmón verde”, pero este parque integral comprende además, un natatorio, un anfiteatro, una pista de atletismo, playones polideportivos, mesas para juegos y esparcimiento para adultos mayores, juegos recreativos para niños. En definitiva, un espacio público que sus vecinos aman, disfrutan y cuidan.

Si hubiese sido neuquino


Desearía que el espíritu creativo de los “pulmones verdes de la ciudad” de Carlos Thays se materializara en nosotros, los neuquinos. Seguramente, él no hubiese aprobado un desarrollo inmobiliario dentro de un espacio verde, porque ninguna rentabilidad compensa un daño al medio ambiente.

Probablemente, su impronta naturalista lo hubiese llevado a crear una reserva ecológica en la Isla 132 con plantas autóctonas como santuario de las aves, protegiendo además los márgenes ribereños.

* Contador. Exdirector Provincial de Presupuesto y Auditor Fiscal. Actualmente es Director Académico de ASAP Filial Comahue.


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