Nada más efímero que lo eterno
Son excepcionales los artistas vistos como geniales en el momento mismo de producir su obra. La fama, las ventas, los comentarios elogiosos de cada época son caprichos de la historia. Por eso todo balance o lista de fin de año falla.
Llega fin de año: la época propicia para hacer balances. Pero no siempre fue así. Es una costumbre que nos llegó -como muchas otras- de los Estados Unidos. La cultura norteamericana es proclive a los balances, las listas y las declaraciones de propósitos. En EEUU todo se debe medir y todo se debe evaluar. De esas listas y balances viene la idea de los mejores libros, los mejores discos, los grandes films del año que termina, como si el sistema de evaluación fuera infalible y los valores fueran absolutos.
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