Matrimonio entre humanos y robots: “Sophia se casa?”…
A medida que la IA continúa desarrollándose, será necesario un debate y reflexión ética para determinar los límites, regulaciones y derechos en este tipo de uniones.
Florencia Carolina Peñalver*
En la era de los avances tecnológicos, la interacción entre humanos y máquinas ha dado lugar a nuevos dilemas éticos y legales. Uno de los debates más intrigantes es el matrimonio entre personas humanas y androides con Inteligencia Artificial (IA), como el famoso ejemplo de Sophia. En este artículo, exploraremos la legislación vigente en la República Argentina en relación con esta cuestión, analizando los aspectos jurídicos y éticos involucrados.
En primer lugar, es importante abordar el estatus legal de los androides con IA en Argentina. Hasta la fecha, no existe una regulación específica que reconozca a los androides con IA como sujetos de derechos o como una forma de vida con capacidades legales. En consecuencia, los androides son considerados como objetos y no pueden ser reconocidos legalmente como cónyuges.
Sin embargo, tal como se adelantaba en el artículo anterior la interacción entre las personas humanas con robots desarrollados con IA ha ido aumentado en los últimos años, al punto de que en países como Australia y China se han celebrado casamientos, aunque todos ellos han sido simbólicos dada la falta de reconocimiento legal de este tipo de uniones.
Las motivaciones detrás de estos hechos podrían estar relacionadas, en primer lugar, con la búsqueda de afecto y compañía, así como con el deseo de establecer una relación con alguien que satisfaga exclusivamente las necesidades propias.
Según el Código Civil y Comercial de la República Argentina, el matrimonio es una institución legal y social que implica derechos y responsabilidades específicas, basada en el consentimiento libre e igualitario. Los robots carecen de las características esenciales de la personalidad y la capacidad de consentimiento, requisito indispensable para que un matrimonio tenga validez en nuestro país.
Entonces podemos preguntarnos ¿Puede un/a Ciudano/a Argentino/a contraer matrimonio con un androide desarrollado con IA? La respuesta es más simple de lo que parece, para que el matrimonio entre personas humanas y androides sea posible, sería necesario un cambio en la legislación vigente.
El matrimonio es una institución que implica un compromiso emocional y legal entre dos personas, y está arraigado en valores culturales, religiosos y sociales. Introducir el matrimonio con androides con IA plantea desafíos éticos y sociales complejos, como la posibilidad de la explotación, la deshumanización de las relaciones y la dificultad de establecer vínculos emocionales genuinos con un ser no humano.
Más allá de esta cuestión, es innegable que las formas de relacionarse han evolucionado significativamente en comparación con tiempos pasados, y la tecnología ha desempeñado un papel fundamental como génesis de estos cambios. Prueba de ello son las relaciones a distancia que las personas han logrado establecer ya sea para sociabilizar o formar parejas, sin tener a priori un contacto físico, con lo cual la posibilidad de desarrollar emociones y sentimientos hacia androides como Sophia y en virtud de ello decidir casarse, no es algo lejano en el tiempo.
A medida que la tecnología avanza y la IA continúa desarrollándose, es posible que la legislación y la opinión pública evolucionen en relación con el matrimonio entre personas humanas y androides con IA. Por lo cual será necesario un amplio debate y reflexión ética para determinar los límites, regulaciones y derechos involucrados en este tipo de uniones.
Las personas en ocasiones buscan evadir problemas o insatisfacciones en la vida real y en estas relaciones humano-robóticas existe el riesgo de desarrollar una dependencia emocional y una obsesión por la interacción con estas entidades tecnológicas. Lo que puede llevar a un desequilibrio en otras áreas importantes de la vida, como las relaciones humanas reales o el cumplimiento de responsabilidades cotidianas. Esto mismo es lo que ocurre actualmente con los juegos de roles virtuales. Podríamos entonces preguntarnos si ¿Existe un riesgo frente a las creaciones hechas a medida, ya sea de robots o juegos de rol? ¿Qué implicancias tendría esto en la vida humana?
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