Massa, las cooperativas y la campaña
Las medidas anunciadas para salvar a Sancor son placebos para el abismo en que la sumieron el Gobierno, la propia Cooperativa y el sindicato, con ineficiencias, abusos y omisiones irresponsables.
Ayer no más, el presidenciable Sergio Massa pasaba por Córdoba y Santa Fe en cerrada, en apurada campaña electoral. Entonces supimos de sus tardías loas al “Cooperativismo” En efecto, apenas un año atras sus ‘hechos’ contradecían tales “loas”; concretamente respecto de Sancor Cul, primera cooperativa láctea o nave insignia del cooperativismo rural.
En medio de una aguda crisis argentina, negando otra vez una dura realidad de inflación, tipos de cambio, combustibles, etc. entre este gobierno de Massa y el gremio Atilra, demoran sin plazo una elemental e impostergable conciliación obligatoria entre esa asociación sindical y Sancor, provocando con extorsivos bloqueos el criminal desperdicio de cientos de miles de litros de leche, con la amenaza cierta e implícita de miles de puestos de trabajo cooperativos.
Nosotros que hemos seguido de cerca el conflicto, recordamos que, efectivamente, el 2 de noviembre de 2022 -día de los muertos-, el ministro Sergio Massa convocó a una reunión en la cual según se informó, evaluaron alternativas para oxigenar a la otrora líder empresa láctea nacional, pero sin ir al fondo del deficitario dilema empresario-sindical.
Exigir el pago de una deuda millonaria en dólares a Venezuela y la gestión del refinanciamiento por evasiones impositivas ante AFIP u otras, fueron los aspectos en cuestión. Meros placebos que en modo alguno alcanzan para rescatar a la empresa del abismo insondable en que la sumieron este gobierno nacional ( a través del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, INAES), la propia Cooperativa y el sindicato del rubro, con sus ineficiencias, abusos y omisiones irresponsables.
Disponiendo legalmente de tantos recursos cooperativos auténticos, como la permanente facultad para incrementar su capital genuinamente, la emisión de obligaciones negociables, asociarse con personas de otro carácter jurídico y/o de conformar cooperativas de exportación; todo lo concerniente a un nunca concretado fideicomiso ‘salvador’ (¿estatal o mixto?), no es salida ni cooperativa ni sustentable en términos legales.
Conforme la propia naturaleza cooperativa, son inadmisibles inversores nacionales o internacionales imbuidos naturalmente de todo mercantilismo; verdadero antónimo del espíritu cooperativo del No intermediario, del No lucro. Mucho menos, la intromisión del sector financiero estatal, que real y técnicamente se encontraría insolvente conforme su propia carta orgánica.
El descalabro de Sancor
Ergo, si los propios asociados, únicos propietarios de SanCor, no confían en su cooperativa al negarse a recapitalizarla de su propio bolsillo, ¿por qué habrían de hacerlo ajenos a la misma, o el propio Estado?
Sancor no puede superar una crisis que ya en 2016 le generó pérdidas por poco menos de 2.500 millones de pesos.
Así entonces, y mal que nos pese, se fortalece la hipótesis legal de formalizar su propia quiebra cuando adicionalmente, según nuestro derecho cooperativo vigente, no existe ninguna posibilidad legal de transformar a Sancor en sociedad comercial ni asociación civil, como tampoco la de vender parcial ni totalmente la misma a terceros, (arts. 6, 24 y cc., Decreto-ley 20.337/73 – Cooperativas).
Así pues, y como oportunamente señalamos, el descalabro de Sancor es mucho mayor y peor que superar en términos y categoría cooperativa la última e irremontable crisis quinquenal -dirigencial, asociativa, productiva, económica, financiera y sindical- que ha desguazado a una empresa solidaria dejándola en las ascuas del tiro del final.
La cooperativa Sancor se fue desmembrando y derrumbando por pésimas administraciones, burocracias, actos notoriamente extraños a su objeto estatutario y al cooperativismo en sí mismo; mediatizaciones participativas, falta de garantías suficientes y canales cooperativos seguros en su politizadamente aupada vinculación con Venezuela, etcétera.
Todo ello sin perjuicio de flagrantes y reiteradas omisiones e incumplimientos de los deberes de funcionarios públicos por parte del INAES , como de presuntas corrupciones y enriquecimientos ilícitos de consejeros, gerentes, síndicos, auditores, asesores, sindicalistas, etcétera; quiénes debieran de ser investigados en caso de declaración judicial de bancarrota, cuando serían citados aquellos que en los últimos decenios conformaron sus consejos de administración, sus sindicaturas, etcétera.
Las sospechas
A todo esto, nos provoca toda suspicacia e indignación que INAES nunca jamás declaró irregulares e ineficaces, a los efectos administrativos, los actos de SanCor Cul. (balances, informes de síndicos, de auditores, del Banco Central, de Afip, de Anses, etc.) que con alta frecuencia periódica le fueran sometidos en los últimos 20 años, en tanto fueran contrarios a la ley, el estatuto, reglamento, etcétera.
Tal eventual declaración de irregularidad, precautoriamente pudo importar el requerimiento de prudentes y atinadas medidas legalmente previstas.
Esto es, solicitar entonces, oportunamente, la intervención judicial de la Cooperativa, sin perjuicio de analizar e impulsar en su caso, la recuperación de la empresa Sancor por su propio personal, engrosando, enriqueciendo y re categorizando genuinamente el mentado movimiento de empresas recuperadas, paradójicamente, impulsado y sostenido política y clientelarmente, con todo denuedo, por este gobierno nacional y popular. Incluso hoy con una unidad especial de vinculación en el mismísimo INAES.
* Maestro en Derecho Cooperativo, Coneau.
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