La voluntad popular y el robo de boletas en Río Negro

La denuncia penal y las acusaciones conocidas esta semana entre los seguidores de Javier Milei en Río Negro abren paso a la reflexión sobre la calidad del voto para las bancas del Congreso.

Dentro del manual de frases de ocasión para las horas poselectorales, los candidatos -principalmente los derrotados- tienen predilección por el “respeto a la voluntad popular”.

Pareciera ser que, así presentadas las cosas, los resultados de los comicios toman características sagradas y desde ese punto de partida, no se puede cuestionar la elección realizada por la mayoría.

Y en realidad, lo que conviene preguntarse antes de repetir esas palabras es si estamos realmente ante la “voluntad popular”.

La reflexión toma sentido en Río Negro, donde se conoció esta semana que la agrupación política que ganó las PASO y que obtuvo una banca en la Cámara de Diputados de la Nación luego de los comicios generales dirimió conflictos internos con emboscadas a plena luz del día de una ruta, con gente presuntamente armada que robó 200.000 boletas a uno de sus propios candidatos, supuestamente para favorecer la estrategia de la primera postulante de la lista.

Para conocer realmente si esa es la “voluntad popular”, habría que preguntarle directamente a los rionegrinos si están de acuerdo con tener representantes en el Congreso de la Nación que conviven entre forajidos, que resuelven sus diferencias por la fuerza y con amenazas.

La respuesta probablemente acerque a la idea de que, una vez más, lo ocurrido el 22 de octubre se relaciona más con la democracia de baja intensidad en la Argentina, donde las campañas se desequilibran en forma nociva hacia los candidatos presidenciales y las ventanas quedan abiertas para que ingresen a espacios de representación legislativa personas que difícilmente podrían obtener esos lugares a partir de una competencia en la que deban valerse por sí mismos.

Está claro que la resolución de los problemas internos a través de la violencia no es un rasgo exclusivo de La Libertad Avanza de Río Negro. Los partidos tradicionales -y dentro de ellos, el peronismo particularmente- tienen una larga lista de antecedentes similares o más graves.

Pero ese archivo nutrido no exime a quienes definieron la renovación de bancas rionegrinas en el Congreso de una reflexión sobre la calidad de su voto. Quien esté dispuesto a hacer ese ejercicio probablemente asumirá la cuota de responsabilidad que asiste a la ciudadanía en la retroalimentación del escenario que paradójicamente tanto enoja a muchos.

En síntesis: nos quejamos y queremos lo más lejos posible a esos políticos que sólo nos complican la existencia, pero cuando votamos parecemos actuar con orejeras, viendo sólo un tramo de las listas, sin preguntarnos quiénes son, de dónde vienen y qué proponen esos otros candidatos que acompañan a quienes encabezan las boletas.

Mientras esa conducta persista, es probable que se repitan escenas como la del robo de boletas a plena luz del día y que se mantenga el andar cansino de la Justicia, que en este caso particular lleva casi un mes sin emitir señales sobre la denuncia por el episodio ocurridos entre los seguidores de Milei.

Las contradicciones de JSRN

Lo que también ocurrirá sin que nadie se ponga colorado serán las contradicciones como las protagonizadas por el oficialismo provincial, que pasó en una semana de decirle a los rionegrinos “elegí al candidato a presidente que quieras” a sembrar el miedo porque si la opción ganadora es Milei la Argentina marchará a “la disolución”.

Juntos Somos Río Negro sabe que su postura es exagerada, pero no ahorra ofrendas para Sergio Massa, porque busca un premio doble y mayor.

El Weretilneck híper elogioso de estas horas con su “amigo” ministro de Economía se parece bastante al que inició en otras épocas su faena para incidir en la vida de otros partidos, para neutralizar cualquier chance de crecimiento que ponga en riesgo el poderío verde en la provincia.

La disputa de hoy es por el sello massista en Río Negro. Y parte del objetivo ya lo consiguieron, porque el candidato presidencial dividirá su presencia del próximo martes 14, con un acto junto al peronismo de Martín Soria y otro con la dirigencia y militancia de JSRN.

En definitiva, otras formas, seguramente más elegantes, de colgarse de una figura presidencial, para disimular carencias propias y evitar que el calor del poder se extienda hacia otras tribus.


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