La simulación y el gran problema

Weretilneck controla cada recurso y arma un reseteo estatal. Lo plantea para precisar qué Estado provincial conduce hoy. Planea enero y febrero para develar ese cuadro.

Azorada, la sociedad sobrevive en el tránsito entre el viejo Estado, barrigón e inepto, y el estrafalario plan presidencial en favor del peligroso exterminio del Estado.

Nadie está al margen de esa metamorfosis mientras que las provincias, como Río Negro, peregrinan por fondos después de las fugas en la coparticipación.

El gobernador Weretilneck colocó la crisis provincial en el foco, con el desdoblamiento del pago del aguinaldo a los estatales y su explicación de que urgen otros aportes frente a la multiplicidad de carencias en los servicios estatales.

Aún no precisada, pero las facturas no pagadas por la Provincia superan los 30.000 millones.

Equivale a una masa salarial mensual de los agentes públicos.

El Estado rionegrino tiene historia de grandes pasivos y sus salidas se repitieron con sus cancelaciones con bonos. Eso mismo prevé esta administración y, por eso, el presupuesto aprobó títulos por 20.000 millones. Un dato: el texto original preveía 5.000 millones.

Así las cosas, la dificultad no radica en la magnitud de esas obligaciones, el aprieto surge por la desaparición de los habituales instrumentos que, hasta ahora, solventaron los desequilibrios. Eso no requiere ninguna simulación, esa situación sí es grave.

La Provincia iniciará 2024 con un único canal de asistencia extra: los descubiertos en el Banco Patagonia. El límite de sobregiros permitido estará en los 30.000 millones, con un permiso de Nación que se consiguió al final de la gestión de Alberto Fernández.

En cambio, no podrá emitir -por ahora- ni Letras ni bonos, a pesar de que lograron avales legislativos. No existen aún los permisos de la Nación, pues el anterior gobierno se fue sin fírmarlos y, difícilmente, en el corto plazo, lo haga la administración libertaria. El miércoles, Hacienda negoció las últimas Letras y eran por 4.000 millones.

Serán meses en los que donde la Provincia deberá sostenerse con sus ingresos, que son ya cortos y, además, amenazados por la retracción económica a la vista. El auxilio excluyente será del banco Patagonia. La disponibilidad será más limitada que nunca.

Con ese cuadro, Weretilneck controla cada recurso (por eso, se resistirá a las subas salariales) y reafirma su propósito de un reseteo estatal. Lo plantea -esencialmente- para precisar qué Estado provincial conduce hoy, pues detecta que hay ramificaciones que desconoce. Planea enero y febrero para desvelar el cuadro.


El problema no está en la magnitud de la deuda, la dificultad surge por la desaparición de los habituales instrumentos de financiamiento de los desequilibrios.


Bajó instrucciones al Gabinete, como que las adscripciones existentes se suspenderán y que los contratos tendrán parciales renovaciones para la evaluación de las funciones asignadas.

El mandatario puso atención personal en la modalidad laboral con horas cátedras y, en especial, en los porteros incluidos. Existió este año un acuerdo entre el gobierno de Carreras y ATE para su regularización con contratos. Esos expedientes, con unos 400 empleados, quedaron paralizados en la Fiscalía de Estado.

Esa determinación también expresa la revisión gremial, con la ya depuesta primacía de ATE, con la reubicación de UPCN, con exploraciones a la desperdigada Unter, y la visibilidad ya otorgada a la agrupación de Asspur (ya se reunió con la ministra de Salud, Ana Senesi).

Son épocas de desagravios. La irrupción de Milei y las necesidades reciprocas lograron hasta lo que parecía impensado: un conato de confluencia entre Weretilneck y María Emilia Soria. La roquense le propuso un “diálogo productivo” que el cipoleño recogió y, días después, activó con un convite a la intendenta para que lo acompañe en un acto provincial en Roca. Ella fue sola y él prometió una próxima visita al despacho. La avanzada ocurrió el miércoles cuando Javier Iud, como titular de ARSA, la visitó para hablar de las fallas del servicio en Roca. Ellos, posiblemente, se reúnan esta misma semana. La aproximación fue fraguada por los legisladores Facundo López y José Luis Berros.

Sólo será, cuando eso ocurra, una imagen política aunque, ciertamente, distinta y hasta reconfortante. Pero más desafiante aún que esa convivencia institucional serán los meses por venir para Río Negro.


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