La selección, lo único que nos une
El equipo y Messi representan a la gente. A lo que quisiéramos ser, a sentir honra por haber nacido en un lugar, en trabajar por algún objetivo y poner lo mejor para conseguirlo.
La selección nacional de fútbol podemos afirmar sin hesitar, es la única razón de unión de los argentinos.
No hay cuestión social, religiosa, cultural, económica, mucho menos política, que consiga la comunión de todos los nacidos por estas tierras sin distinción de clase social, formación, credo o lugar de procedencia.
Decepcionada por tantos gobiernos inoperantes que han sumido a gran parte de su población en la pobreza, la sociedad argentina descree prácticamente de todo, con excepción de sus selecciones deportivas.
Hoy pocos jóvenes terminan sus estudios y quienes lo consiguen y pueden, buscan en Ezeiza la solución de su futuro.
Sin embargo por estos días del Mundial de Qatar, emociona ver a tantos niños y adolescentes con camisetas o banderas nacionales, festejando junto a sus padres
Así las plazas de ciudades y pueblos de nuestro país, se nutrieron de miles de vecinos con avidez de compartir una alegría, luego de los triunfos frente a México (2-0), Polonia (2-0) y el pase a cuartos de final tras vencer a Australia (2-1).
Podrán hacerse diferentes conjeturas del porqué esto es así y podríamos partir diciendo que es natural dentro de las funciones emocionales del cerebro, el querer pertenecer.
Pues bien, surge espontáneo el querer apoyar a la selección, ya que es motivo de orgullo por su particular entrega y sus logros.
A ello debe sumarse el Factor Messi, quien siendo el mejor jugador del mundo, nunca ha escatimado esfuerzos por estar defendiendo la celeste y blanca. Ahora maduro y acompañado por su familia en Medio Oriente, sigue dando un mensaje inspirador para las generaciones venideras.
Aunque nunca lo reconocerá el capitán argentino, enseña, el volver a ponerse de pie luego de varias frustraciones. Humildemente se limita a decir: “Hay que recorrer los caminos, dejar todo y quedarse tranquilo con uno mismo. Es la vida, caer y volverlo a intentar”.
La selección y Messi representan a la gente. A lo que quisiéramos ser, a sentir honra por haber nacido en un lugar, en trabajar por algún objetivo y poner lo mejor para conseguirlo.
El deportista argentino es capaz de hacer lo imposible por representar a su país. A pesar de las enormes distancias, siempre dejará todo por estar presente en los entrenamientos o torneos internacionales donde se lo requiera.
En la valoración de la entrega del jugador no hay lugar para simulaciones o traiciones. Lo que se ve dentro de la cancha es auténtico y ese es un capital que lamentablemente en nuestro país, no abunda.
Luego del triunfo frente a Australia tanto Lionel Messi como Rodrigo De Paul reconocieron ser hinchas de la selección. Es más, varios de los jugadores más jóvenes como Julián Álvarez o Enzo Fernández, crecieron viendo al capitán del equipo como su ídolo o festejando cantando las canciones clásicas de otros mundiales.
A la hora de declarar Lionel Scaloni, con un discurso mesurado confesó que: “El festejo con la gente es una inyección de moral. Es emocionante estar acá.”
Quizás Lisandro Martínez haya sintetizado lo que representa la simbiosis entre el público y los jugadores: “eso es amor del puro”.
En ello hay un ida y vuelta entre la gente y los jugadores, donde los futbolistas se sienten hinchas y los simpatizantes juegan su partido desde la tribuna.
Es que en ambos casos la sinergia de la selección con la gente, nos remonta a la infancia, a los lugares de antaño y a nuestros seres queridos. A ese llanto o abrazo contenido, que vaya a saber por qué, solo con la selección somos capaces de soltar.
* Abogado. Prof. Nac. de Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com
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