La política y su caja de herramientas
PANORAMA POLÍTICO DE NEUQUÉN
Los candidatos moldean la estructura que mejor les rinda en abril, con mucha inventiva y bastante menos voluntad de facilitarle las cosas al electorado.
Hay un concepto muy repetido por dirigentes y operadores políticos de Neuquén en esta campaña, el de la “ingeniería electoral”. Sin título formal, pero con la cajita de herramientas que provee la ley 3053, los candidatos y sus equipos van modelando la estructura que mejor les rinda el 16 de abril, con mucha inventiva y bastante menos voluntad de facilitarle las cosas al electorado.
Este viernes cerrará el plazo para la inscripción de alianzas que marcará el primer hito del calendario electoral para los comicios provinciales. Al término de esta semana, la única presentación que había en el juzgado era la de la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica ARI para registrar Juntos por el Cambio.
Una mini versión de la original cuyo nombre se encamina a ser impugnado por sus exsocios del PRO y Nuevo Compromiso Neuquino, ahora en el armado de Rolando Figueroa.
Pablo Cervi ya había anticipado que insistiría con mantener esa identidad para su espacio cuando presentó el lunes a Jorge Taylor como su compañero de fórmula. Hubo quienes explicaron esa unión con que el empresario de San Martín de los Andes “tiene al 50% de los afiliados del PRO”, principalmente a los del interior. El partido siempre osciló entre los 2.000 y 2.500 en toda la provincia.
Los referentes que están con Figueroa fueron hasta burlones, el día después de la presentación, y recordaron la promesa que había hecho Cervi en su cartelería: más mujeres en política. Lo que se sabe, hasta acá, es que serán tres los varones al tope de la boleta.
En el PRO tienen la certeza de que los empresarios quedaron para disputar “el quinto lugar” y se entusiasman con la opción que eligieron: una suerte de gran frente anti MPN que, en los papeles, serán casi una decena de nóminas presentadas por separado. Los armadores de la estrategia de Figueroa ya descartaron que el viernes se formalice en el juzgado electoral una alianza que contenga a sus variados integrantes. “¿Es una gran alianza? Sí, pero la ingeniería electoral es otra cosa”, plantearon.
El Frente de Izquierda, que nació como alianza de partidos en el 2011, terminó siendo el instrumento electoral más estable de la última década.
No está del todo desechado un posible mini frente con Desarrollo Ciudadano y Comunidad, los partidos armados por cada integrante de la fórmula, aunque es más probable que se repitan como espejos. Lo mismo harán los demás partidos, pero en formato colectoras, bajo el argumento de que una alianza tiene “limitantes” y no permite reflejar a cada espacio “genuino” que se sumó al proyecto.
Subyace, por supuesto, el convencimiento de que debe haber la mayor cantidad de opciones en la pantalla con el rostro del candidato. Lo mismo que hará y siempre hizo el MPN, un partido reacio a diluir su sello en pos de una coalición electoral o de gobierno.
Hasta el propio Ramón Rioseco dejará su crítica a la “ley de lemas encubierta” a un costado para no quedarse atrás en el festival de colectoras. Habrá alianza, sí, pero también con elenco reducido. En el 2019, se llamó Unidad Ciudadana y cobijó a cinco partidos. Este año serían dos, el PJ y El Frente y la Participación Neuquina y, otros tres a cinco partidos acompañarán con listas propias desde afuera. Resta confirmar en qué lo harán elPartido Solidario y el Partido del Trabajo y el Pueblo.
Al final, el Frente de Izquierda, que nació como alianza de partidos en el 2011 para darse competitividad frente al nuevo sistema de PASO que se inauguraba a nivel nacional, terminó siendo el instrumento electoral más estable de la última década.
Las negociaciones todavía no están cerradas, pero la expectativa es que esta semana puedan llevar los papeles para constituir su frente (otra vez con su nuevo socio, el MST) y participar de las elecciones provinciales con Patricia Jure encabezando la fórmula y Andrés Blanco como candidato a renovar su banca de diputado. Lista única, aclararon: no habrá ingeniería de colectoras ni espejos para repetir caritas con el sello de cada partido.
El espacio más anti sistema resulta el que menos esfuerzos hace por manipularlo, torcerlo o irrespetarlo para sacar mejor tajada en el cuarto oscuro.
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