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La labor de los trabajadores sociales forenses

Su rol no solo incluye el análisis de las condiciones sociales, económicas y familiares de las partes en litigio, sino también el acceso a información que muchas veces se oculta.

En el entramado judicial, donde cada caso presenta una historia única de conflictos familiares, violencia o vulnerabilidad social, la figura del trabajador social forense emerge como un eslabón fundamental. Aunque su labor no siempre se visibiliza, su intervención es crucial para la toma de decisiones informadas que afectan la vida de personas involucradas en complejos procesos judiciales.

Los trabajadores sociales forenses del Poder Judicial, son profesionales especializados que abordan las realidades humanas desde una perspectiva integral. Su rol no solo incluye el análisis de las condiciones sociales, económicas y familiares de las partes involucradas en un litigio, sino también el acceso a información que muchas veces se oculta tras las puertas cerradas de los hogares. A través de diferentes tipos de entrevistas y la interpretación de contextos, aportan datos esenciales que permiten a fiscales, defensores o jueces comprender mejor el entorno de las personas implicadas en el proceso.

Una labor de auxiliar de la Justicia compleja y multidimensional


La tarea de estos trabajadores sociales se extiende a múltiples áreas del derecho: desde los casos de familia, como alimentos, tutela, guarda y cuidado personal, hasta situaciones que involucran delitos como amenazas, violencia de género, abuso o lesiones. A través de pericias sociales, el trabajador social forense tiene la misión de evaluar la situación socioeconómica de las familias, la calidad de vida de los niños, adolescentes, el entorno familiar en el que se desarrollan y la capacidad de los mismos para solucionar el conflicto, implementar estrategias como puede ser la ayuda de profesionales.

Cada informe forense es producto de un exhaustivo trabajo de campo. Las entrevistas domiciliarias permiten obtener una radiografía fiel del espacio en el que conviven las partes en conflicto, indagando en detalles que a veces no salen a la luz en una declaración judicial. A través de esta mirada cercana, el trabajador social detecta elementos como precariedad económica, tensiones en las relaciones familiares, condiciones habitacionales deficientes o situaciones de riesgo psicosocial, que resultan determinantes para la resolución del caso.

En contextos de violencia de género, por ejemplo, el trabajo del perito social es fundamental para determinar si existen factores de riesgo que podrían poner en peligro la integridad de las víctimas, si es necesario solicitar intervención de otros organismos estatales o implementar medidas urgentes de protección.

Intervenciones con impacto humano


Los trabajadores sociales forenses no solo analizan fríamente la situación. Están en constante contacto con personas que viven realidades complejas y cargadas de dolor. En las entrevistas se revela la vulnerabilidad de las personas, y es responsabilidad del trabajador social no solo registrar la información, sino también tratarla con la empatía y confidencialidad que la situación amerita.

Un ejemplo de este impacto puede verse en casos de cuidado personal, donde los peritajes sociales juegan un rol decisivo para evaluar si un niño debe permanecer con uno de sus progenitores o si, por el contrario, es necesario buscar alternativas para garantizar su bienestar. Los informes de los trabajadores sociales incluyen detalles sobre las condiciones habitacionales, la dinámica familiar y las capacidades parentales de cada parte para ofrecer un ambiente seguro y saludable a sus respectivos hijos.

También en situaciones de amenaza o violencia, como las que involucran denuncias por hostigamiento o agresiones, los trabajadores sociales forenses son fundamentales para evaluar si existen situaciones de riesgo que deben ser abordadas con medidas de urgencia, como el incumplimiento de restricciones de contacto, hábitos poco saludables (consumo de sustancias psicoactivas) o reconciliaciones de la pareja con o sin convivencia.

El desafío de equilibrar lo técnico y lo humano


Uno de los mayores retos que enfrentan los trabajadores sociales forenses es el equilibrio entre la rigurosidad técnica y el compromiso humano. En cada informe, deben ser capaces de transmitir, de manera objetiva y fundamentada, la realidad observada, mientras mantienen la sensibilidad necesaria para abordar las situaciones de vulnerabilidad.

Esta capacidad para operar en la intersección entre lo social y lo legal es lo que distingue a los trabajadores sociales forenses. Su mirada permite al sistema judicial adentrarse en dimensiones que muchas veces escapan a la mera presentación de pruebas y testimonios.

Un rol que debe valorarse más


A pesar de su importancia, la labor de los trabajadores sociales forenses es muchas veces poco reconocida. Su trabajo se desarrolla en un terreno de alta carga emocional, donde enfrentan situaciones extremas y difíciles de procesar. Sin embargo, su rol es esencial para garantizar que las decisiones judiciales se tomen con una base sólida de información sobre la vida real de las personas implicadas.

Además de su formación académica, estos profesionales deben tener una gran capacidad para gestionar situaciones de estrés y conflicto, trabajando en conjunto con psicólogos, abogados y otros actores del sistema judicial para ofrecer una visión más completa de cada caso.

Para finalizar, resulta necesario añadir que los trabajadores sociales forenses son quienes conectan a la justicia con la realidad social de las personas, proporcionando un puente entre el derecho y la vida cotidiana de los ciudadanos.

*Especialista en Trabajo Social Forense.


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