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La IA como complemento para una vida digna

Su potencial para agilizar tareas y optimizar procesos nos permite enfocarnos en aspectos más personales y trascendentales de nuestras vidas.

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en nuestro mundo ha abierto un sinfín de posibilidades, no solo en el ámbito tecnológico, sino también en el plano social y humano. Entre sus repercusiones más importantes se encuentra la redefinición de los derechos humanos, poniendo en el centro la protección de la imagen personal, la libertad de expresión y, sobre todo, la privacidad.

Más allá de los temores iniciales sobre la “sustitución” de puestos de trabajo y la “amenaza” al talento humano, la IA se perfila como una herramienta complementaria y aliada en nuestro día a día. Su potencial para agilizar tareas y optimizar procesos nos permite enfocarnos en aspectos más personales y trascendentales de nuestras vidas.

La búsqueda de una vida digna no se limita a vivir muchos años, sino a vivirlos con calidad. Alcanzar la longevidad sin bienestar personal es un objetivo vacío. El estrés, el enemigo silencioso del siglo XXI, se intensifica cada vez más, afectando negativamente nuestra salud física y mental.

En este contexto, la IA emerge como un posible aliado para combatir el estrés y mejorar nuestra calidad de vida. Su capacidad para automatizar tareas repetitivas y optimizar procesos nos brinda más tiempo para el ocio, la conexión con nuestros seres queridos y el desarrollo personal.

La Dra. Stefanía Johanna Cedeño-Tapia, Doctoranda en Educación Superior de la Universidad de Palermo, resalta la importancia de la IA en el ámbito de la salud: “La IA es una herramienta poderosa que puede transformar la forma en que trabajamos y vivimos. A través de la comprensión de sus capacidades, podemos expandir nuestros límites y alcanzar nuestros objetivos más ambiciosos. Es importante recordar que la IA es una herramienta que debe ser utilizada de manera responsable y ética que, cuando se utiliza correctamente, tiene el potencial de mejorar la productividad.”

La IA podría abrirnos la puerta a la definición de nuevos derechos humanos, aquellos que garantizan una vida plena, segura y pacífica. La posibilidad de enfocarnos en nuestro desarrollo personal y social, libres del estrés y las tareas tediosas, que nos permita alcanzar un mayor nivel de bienestar y plenitud.

La compañía Atlantic, con el respaldo de la Xunta de Galicia en España, ha desarrollado Celia, un chatbot impulsado por inteligencia artificial (IA) que busca acompañar, entretener y brindar asistencia a las personas mayores y dependientes. Celia no se limita a ser un simple asistente de conversación; va más allá de plataformas como Alexa o Siri. Esta aplicación se distingue por su capacidad para detectar indicios y patrones de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, a través del análisis de la voz. “Cuanto más hablen, más aprende la app sobre el estado de salud del interlocutor”, explican sus creadores. Además, Celia ofrece la posibilidad de establecer recordatorios para citas médicas o la toma de medicamentos, brindando un apoyo integral en la gestión de la salud de los usuarios.

En definitiva, la inteligencia artificial no es una amenaza, sino una oportunidad para evolucionar como individuos y como sociedad. Su uso responsable y ético nos permitirá alcanzar un futuro más próspero y armonioso, donde la tecnología se ponga al servicio del bienestar humano.

* Miembro del instituto de derecho e Inteligencia Artificial del Colegio de Abogados de Neuquén

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