La guerra, el dólar y el nuevo sistema monetario
Aun hoy millones de desprevenidos ahorran en dólares para protegerse de la inflación o creyendo que de esa forma mantienen en el tiempo el valor de su dinero.
La crisis ruso-ucraniana es el resultado de un conflicto latente que data de muchas décadas atrás, con raíces históricas, políticas, y que fue incentivada luego del golpe de Estado en Ucrania en el año 2014. Su gobierno había suspendido el ingreso a la Unión Europea generando Occidente un proceso de desestabilización interna que derivó en un golpe de Estado encabezado por milicias de corte neonazi (ver el llamado batallón Azov), lo cual se halla públicamente documentado. Circulan incluso fotografías en internet donde se ve a la por entonces subsecretaria de Estado de los EE.UU. (Victoria Nuland) repartiendo alimentos a la brigadas de neonazis ucranianos . Occidente impuso un Gobierno anti ruso (cuando en realidad se trata de dos países hermanos con lengua común, valores culturales compartidos y una extensa frontera común), ocasionando que algunas regiones de mayoría rusa intentaran independizarse (Crimea a través de un referéndum).
En el caso de Donetesk y Lugansk enfrentaron una guerra interna con Ucrania que ha costado la vida a miles de personas, en mayoría civiles. Para suspender la guerra, Ucrania, Rusia y esas zonas en conflicto firmaron sendos tratados (Minsk 2014/2015) donde se comprometían a resolver pacíficamente las diferencias. Durante esos años no fue resuelto y ambos países continuaron con tensiones hasta que, repentinamente en el año 2021, la OTAN (el pacto militar de los EE.UU. y Europa) decidió instalar misiles a Ucrania y evaluar su ingreso a la alianza militar.
Consecuencia inmediata: Rusia intenta evitar esa situación, se genera un aumento de los bombardeos de Ucrania a Donetesk y Lugansk , comienza la tensión retórica entre los EE.UU./Inglaterra y Rusia, las campañas mediáticas, la pretensión (abortada por el ingreso de Rusia) de invadir militarmente esas regiones , las sanciones económicas, el inicio de las acciones bélicas, el abandono militar de Ucrania por parte de la OTAN , que a esta fecha ha manifestado que no piensa intervenir directamente en el conflicto.
Primera parte de la historia
La crisis acelerada repentinamente sobre el conflicto no debe analizarse fuera de un contexto global, donde no solo irrumpen dos actores de peso (China asociada con Rusia) disputando el poder global, sino la acelerada desintegración del modelo de globalización que instauró el sistema capitalista desde mediados de la década de 1970.
La globalización en realidad (más allá de liberar y vincular mercados ) significó abordar la economía occidental desde la finanzas, la especulación financiera y el abandono de la economía industrial, productiva.
Esa que hizo grande a los EE.UU. a partir de finales del siglo XIX pero que la globalización destruyó exportando empleos y fábricas a China a partir de 1970, aprovechando los bajos salarios y los millones de trabajadores en extrema pobreza. El dólar ha sido el combustible que alimentó la globalización financiera, dado que impuesto como moneda mundial luego del año 1945, todos los principales mercados mundiales ( materia primas , metales, petróleo, etc.) se nominaron en esa moneda. Fue en sus orígenes una moneda de intercambio y de ahorro .
Aun hoy millones de desprevenidos ahorran en dólares para protegerse de la inflación o creyendo que de esa forma mantienen en el tiempo el valor de su dinero. Al comprar dólares, financiamos gratuitamente los déficit de EE.UU. que puede imprimir 100 dólares y comprar en todo el mundo lo que quiera, mientras que los otros países deben conseguir dólares para ello. Pero la emisión desbordada de dólares que ha requerido el sistema de la globalización (El Banco Central privado de los EE.UU. regala dólares a los grandes especuladores a una tasa del 0% anual) y los pronunciados déficit fiscales que no cesan han inundado de esa moneda al mundo, depreciándola intensamente .
La deuda oficial actual es de 30 billones, superando el 105 % de su PBI. La inflación anunciada en EE.UU. en 2021 (7,5% aunque bancos privados la sitúan en realidad en el 13%), la más alta en 40 años, profundiza ese proceso. El sistema de globalización financiera en realidad colapsó en 2008, a través de la caída del banco Lehman Brothers pero se ha mantenido inyectando billones de dólares (a menos aun del 0% que es la tasa nominal ya que si le restamos la inflación, en realidad la tasa de interés es negativa) a bancos, compañías de inversión y otros especuladores que comercian con bonos , derivados , acciones infladas en su cotización que en realidad en la mayoría de los casos carecen de valor real .
Cuando los precios de esos papeles se reducen drásticamente, la Reserva Federal de los EE.UU. sale a comprarlos, salvando a los tenedores de las pérdidas. La necesidad de buscar instrumentos de valor y especulación -podría decirse además de libertad económica en tanto no son emitidas por autoridad estatal alguna-, lleva a que se creen miles de tipos de activos digitales (criptomonedas) buscando un refugio o nuevos instrumentos que generen alguna rentabilidad frente al colapso de las monedas. La inflación, unida a la ausencia de crecimiento económico (estanflación) es una fenómeno que se extiende en el mundo y presagia los cambios en marcha en un mundo que lentamente se desdolariza (el mundo económico en crecimiento, Asia, va dejando atrás el dólar como moneda del comercio buscando el uso de sus monedas nacionales e incluso incorporando sus propias monedas virtuales). Esta caída no es ajena a la necesidad que generar nuevos y cada vez más intensos conflictos bélicos, donde el dólar hoy solo se apoya solo el chantaje, la presión y las armas.
*Abogado. Docente en la Facultad de Economía. UNco
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