La ESI, una herramienta transformadora (y necesaria) para la formación docente
En un contexto donde se cuestiona su obligatoriedad, la ESI emerge como una herramienta fundamental en la formación docente. Sin embargo, su continuidad y efectividad están amenazadas por discursos que buscan deslegitimar su inclusión en los diseños curriculares
El gobierno nacional pretende avanzar sobre los derechos adquiridos a partir de las luchas de los movimientos feministas y de la diversidad sexual, a través de la sistemática instalación de discursos de odio hacia las mujeres e identidades feminizadas; estigmatiza y patologiza a toda identidad no heterosexual, niega la violencia de género y desfinancia programas destinados a la atención de mujeres en situación de violencia, a la salud sexual, reproductiva y no reproductiva, entre otros.
Mientras tanto, en lo que va del 2025 y según datos del Observatorio “Ahora que sí nos ven”, se han registrado 25 femicidios. También, según la Fundación Huésped el presupuesto nacional para tratamiento de personas con VIH fue recortado, implicando 9150 tratamientos menos. Además, en varias provincias -incluida la nuestra- hay un progresivo faltante de medicación para la IVE, sumado a la crisis del sistema de salud y las condiciones laborales de sus trabajadores/as.
En un contexto de reiteradas referencias a prácticas pedófilas por parte del presidente Milei, en los últimos días intentan instalarse discursos que desacreditan y ponen en duda la obligatoriedad de la ESI en las escuelas, presentándola como una política de adoctrinamiento llevada a cabo por los y las docentes.
En números
- 15.699
- casos de niñas, niños y adolescentes victimas de violencia sexual se registraron entre 2017 y 2023.
Lo cierto es que hoy la ESI es una gran herramienta para prevenir el abuso sexual y las violencias hacia las infancias y adolescencias. Según datos proporcionados por el Estado al Comité de los Derechos del Niño, se registraron entre 2017 y 2023, 15.699 casos de niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual. En CABA, entre el 70 y 80% de los niños, niñas y adolescentes de entre 12 y 14 años que realizaron denuncias, manifestaron que comprendieron que fueron abusados después de participar de clases de ESI.
La Ley 26.150 de ESI, garantiza el derecho de los y las estudiantes a recibir educación sexual integral desde el nivel inicial hasta la formación docente y la educación técnica no universitaria, teniendo en cuenta los principios de integralidad y transversalidad.
El primero permite superar las tradicionales perspectivas biologicistas, al considerar a la sexualidad como una de las dimensiones constitutivas de la persona, que abarca tanto aspectos biológicos, como psicológicos, sociales, afectivos, políticos, culturales y éticos. El segundo es un principio de gran potencialidad para la toma de decisiones pedagógico-didácticas al enseñar los contenidos propuestos por los diseños curriculares reconociendo la perspectiva de género, promoviendo el cuidado del cuerpo y la salud, respetando la diversidad, valorando la afectividad y el ejercicio de nuestros derechos.
Como correlato de esto y para garantizar el derecho en las escuelas, los diseños curriculares de la formación docente de Río Negro incorporaron espacios específicos de ESI (seminarios o talleres), poniendo la centralidad en la enseñanza y dando respuestas a una de las grandes inquietudes por parte de quienes enseñamos: qué enseñar y cómo hacerlo.
El impacto de la ESI en la formación inicial de los/as docentes habilita la construcción de un rol y una identidad docente que no sólo pone en tensión mandatos, mitos y prejuicios, sino también enseña con información veraz, científicamente comprobada y actualizada, a la vez que crea espacios de confianza y cuidado para sus estudiantes.
En la Resolución CFE 476/24, se propone que el espacio de ESI en los profesorados forme parte del campo de la formación general. En nuestra provincia esto implicaría resignar la importancia del abordaje didáctico que se ofrece en el actual espacio “ESI y su enseñanza”, pudiendo significar que este asuma un abordaje limitado a la reflexión teórica y se restrinja el aprender a enseñar ESI, lo cual es llamativo en una resolución que en apariencia coloca la enseñanza y sus aspectos prácticos como centrales.
Por otro lado, más allá de que en la resolución se menciona el sostenimiento de la transversalidad de la ESI en la formación docente, consideramos que retirarla del ámbito de la enseñanza, reduciría las posibilidades de transversalización de la ESI en las aulas.
En nuestra jurisdicción ya inició el proceso de revisión de los diseños curriculares de los profesorados para enmarcarse en los lineamientos curriculares nacionales. En materia de ESI el panorama no es muy alentador, teniendo en cuenta que el Ministerio de Educación de la provincia no la incluye como una línea prioritaria en la formación docente continua desde el año 2022 y desde 2023 no contamos con programa provincial de ESI.
![Imagen de El debate de las Paso en Argentina ¿Democratización o desgaste?](https://www.rionegro.com.ar/wp-content/uploads/2024/10/paso-elecciones-urna-agosto-.png?w=215&h=120&crop=1)
El debate de las Paso en Argentina ¿Democratización o desgaste?
Quienes estamos en las aulas reconocemos el potencial emancipador de la ESI, porque tenemos sobradas pruebas de la transformación de las relaciones y los vínculos que esta produce; pero también sabemos que el currículum es un terreno de disputa donde nos tenemos que encontrar todos y todas los/las docentes que luchamos por vidas y mundos más justos.
(*) Profesoras e investigadoras IFDC Villa Regina. Especialistas en Estudios interculturales, de géneros y sexualidades (UNCo)
El gobierno nacional pretende avanzar sobre los derechos adquiridos a partir de las luchas de los movimientos feministas y de la diversidad sexual, a través de la sistemática instalación de discursos de odio hacia las mujeres e identidades feminizadas; estigmatiza y patologiza a toda identidad no heterosexual, niega la violencia de género y desfinancia programas destinados a la atención de mujeres en situación de violencia, a la salud sexual, reproductiva y no reproductiva, entre otros.
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