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La educación es estratégica y es esencial

La idea declarar a la educación como servicio estratégico y esencial en Río Negro surge por los tremendos efectos que en el largo plazo representa la pérdida de días de clases.

Redacción

Por Juan Martin*

En estos días la Legislatura de Río Negro debate un proyecto de mi autoría que busca declarar a la educación como servicio estratégico y esencial, para garantizar que las escuelas permanezcan abiertas en caso de huelga.

El proyecto pretende que se prevean guardias mínimas en cada escuela, de manera de asegurar su funcionamiento. Si la medida de fuerza es de 1 ó 2 días, deberá presentarse el 30% del personal; si es de 3 ó más días, el 50%.

Esta idea surge por los tremendos efectos que en el largo plazo representa la pérdida de días de clases. Efectos que van más allá de lo individual y que afectan a toda la sociedad.

No hace falta explicar lo que representa que, como ha sucedido en algunas provincias, un chico termine la escuela habiendo perdido más de un año de clases acumulando los días de paro. Esos conocimientos que no adquirió durante su etapa formativa van a impactar sobre el futuro, restándole oportunidades en la vida.

Por eso decimos que la educación es un derecho esencial, porque en definitiva construye la dignidad de las personas.

Pero también es estratégico, porque en un mundo donde el conocimiento es cada vez más protagonista, negarles a las nuevas generaciones el acceso al saber impacta sobre el conjunto. Un país cuyos habitantes están menos calificados que los de sus vecinos está destinado a competir en desventaja.

Nadie puede negarse entonces a garantizar ese derecho a la educación. Pero eso es lo que hacen las huelgas en las escuelas.

De un tiempo a esta parte, los paros vienen siendo recurrentes en el sistema educativo.

Quizás exista una justa razón detrás de estas medidas de fuerza, porque es cierto que los salarios no alcanzan y que las escuelas no se encuentran en condiciones.

Pero no podemos permitir que los chicos -y las familias en general- terminen como rehenes de un conflicto entre los gremios y el Gobierno.

No se trata entonces de negar el derecho a protestar por mejores condiciones, sino de armonizarlo con el derecho a aprender.

Los gremios se han venido negando a entenderlo así.

Quieren enmarañarnos en una discusión semántica sobre si la educación es un servicio o un derecho.
Una discusión totalmente irreal, porque definitivamente la educación es un derecho que para hacerse efectivo requiere del trabajo de servidores públicos, como son los docentes y todos los que hacen funcionar el sistema.

Afortunadamente, esta visión es minoritaria y hoy existe un consenso amplio respecto a la importancia de la educación. Esto es lo que permitió que una declaración similar a la que planteamos en la provincia de Río Negro tenga media sanción en Diputados y lo que habilitó el debate a nivel local.

El futuro comienza a construirse ahora.

Llegó el tiempo de poner todas nuestras energías en un mejor sistema educativo para que nuestros hijos y nuestros nietos puedan vivir mejor.

*Legislador rionegrino (PRO-Unión Republicana)


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