La cárcel del futuro
Cognify no solamente evitaría hacinamientos, violencia, malas condiciones de higiene o afectaciones a derechos humanos, sino también, inclusive, se prevendrían delitos.
En el Cabildo de Buenos Aires, lugar fundacional de la Revolución que dio origen a nuestro país, funcionó una cárcel durante todo el Virreinato del Río de la Plata y hasta 1877.
La misma llegó a albergar 130 presos en condiciones realmente infrahumanas, por delitos que iban desde la homosexualidad hasta la brujería. Mujeres que desobedecían a sus maridos o esclavos que desobedecían a sus amos también podían ser encarcelados.
No existía la presunción de inocencia, se admitía la confesión bajo tortura y era común que se azotara a los acusados en público. Aunque han pasado siglos y mucha agua corrió bajo el puente desde ese entonces, cabe preguntarnos… ¿Realmente está mucho mejor nuestro sistema penal actualmente?
Hashem Al-Ghaili es un biólogo molecular, escritor y divulgador científico que hace más de una década comparte sus ideas a través de las redes sociales. Y recientemente publicó un video en el que explicaba cómo debería ser, según él, una cárcel en el futuro, a la cual llamó Cognify.
Este biólogo molecular buscó una solución a la creciente superpoblación carcelaria a nivel global. Y según él, esta solución es crear centros de rehabilitación en los cuales, mediante la Inteligencia Artificial y los avances en neurociencias, los presos reciban implantes de memoria falsos, lográndose la rehabilitación del preso por medio de la incorporación de nuevos recuerdos.
El sistema crea contenido personalizado generado por Inteligencia Artificial que se envía al cerebro del prisionero. Y también llegaría a modificar partes de su ADN vinculadas a la formación de la memoria para establecer un patrón de memoria a largo plazo.
Dos clásicos de ciencia ficción de los 70 y 80 se nos vienen a la mentea los cinéfilos a leer sobre Cognify. Por un lado “Blade Runner”, de 1982; en el que los recuerdos son implantados en la mente de una mujer creada mediante clonación quien vive su vida en función de estos recuerdos implantados, y por otro lado “La Naranja Mecánica”, de 1971; en la que el protagonista es rehabilitado de su raid delictivo suministrándole fármacos y exponiéndolo a imágenes obligatoriamente, lo cual produce un click en su psiquis y lo convierte en un ser apto para vivir en sociedad.
Si bien no es posible lo que plantea Hashem Al-Ghail con la tecnología actual, sostiene este científico que al paso que van los avances tecnológicos, se contará con la tecnología necesaria para la implementación de Cognifyen aproximadamente una década.
Por ello, los límites a la hora de esta implementación serán más que técnicos, éticos. Y es en este punto en que yo, como operador jurídico del fuero penal me pregunto: ¿Sería esto ético?…
Habrá quienes, fundadamente se pronunciarían en contra de la implementación de Cognify por fundadas razones. Por ejemplo, se objetaría si países tercermundistas como el nuestro cuentan con presupuesto para un plan así, teniendo en cuenta la inversión inicial, y cabe preguntarse cuanto se gastaría en el sistema penitenciario. O que lugar ocuparía en un sistema así los derechos de las víctimas de delitos y como se protegerían los derechos de estas víctimas.
Adelanto que yo, en mi humilde opinión; creo que sí, si sería ético.
El Art. 18 de la Constitución Nacional de la República Argentina, el cual se encuentra vigente desde el año 1853, establece que las cárceles de la Nación serán sanas y limpias. Y que la finalidad del encierro no es el castigo, sino reestablecer a quienes han delinquido para que puedan volver a insertarse en la sociedad.
De modo similar se pronuncia la Constitución de la Provincia del Neuquén en su Art. 70 desde la Reforma del año 2006.
Ahora bien, lo cierto es que quienes trabajamos diariamente el fuero penal y conocemos por dentro las instituciones penitenciarias, estamos en condiciones de afirmar desde nuestra experiencia que, lamentablemente, tanto la finalidad de reinserción social de la pena privativa de libertad como la exigencia de que las cárceles serán sanas y limpias están mucho más cerca de la utopía que de la realidad.
El índice de reincidencia en el delito de quienes estuvieron en prisión es altísimo, pues quien pasa tiempo en la cárcel suele ser estigmatizado, y termina siendo excluido de la sociedad y del sistema laboral.
Las cárceles son, en los hechos, lugares extremadamente violentos en los que muchas veces se intensifican, en lugar de reducirse, las tendencias delictivas del reo.
En relación a la limpieza y sanidad, (aunque esto ocurre a nivel nacional), debo señalar que la provincia del Neuquén se encuentra lamentablemente en estado de Emergencia Carcelaria hace ya casi dos años debido al hacinamiento y los problemas edilicios.
Este Estado de Emergencia Carcelaria fue decretado judicialmente, y en virtud del mismo se dispuso que las cárceles de la provincia del Neuquén ya reciban más internos hasta tanto se reduzca la superpoblación, y comenzó a alojarse a reos condenados en comisarías, lo cual es de carácter excepcional, pues por regla las comisarías y alcaidías deben alojar sólo a procesados.
Debido a ello, aumentó considerablemente la cantidad de presos alojados en comisarías, con el inconveniente de que debido a que no están diseñadas y preparadas para alojar condenados, a los presos alojados en comisarías se les dificulta el acceso a la educación y tareas laborales, además de carecer de lugares para actividades deportivas y entrevistas con defensores y psicólogos, por lo cual están en condiciones desiguales en relación a los alojados en cárceles.
Se están construyendo actualmente dos pabellones más en la Unidad 11 bajo la dirección del Ministerio de Seguridad para descomprimir las comisarías, pero a la fecha no están finalizadas las obras.
En mi opinión, si este sistema que plantea este biólogo molecular realmente creara personas aptas para la vida en sociedad, en realidad, se estaría cumpliendo con el fin constitucional de la pena, que es la reinserción social.
Y eso por ello que no me parece antiético en absoluto.
Cognify no solamente evitaría los hacinamientos, violencia, malas condiciones de higiene o afectaciones a derechos humanos, sino también, inclusive, se prevendrían delitos.
También entrar en pugna algunos derechos como el Derecho a la Identidad del reo, pero entiendo que no habría una colisión con normas de bioética si lo que se busca es el bienestar social.
Y pese a que me pronuncio a favor, debo admitir que este revolucionario concepto del Cognify y lo cercanas que están en el tiempo las posibilidades de su aplicación nos dejan a los profesionales del Derecho más interrogantes que certezas.
*Abogado
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