Intrincado proceso y rara transición

Adrián Pecollo

Jefe de la Agencia Viedma. Nació en General Viamonte (Buenos Aires). Estudió Periodismo en la Universidad de La Plata. Trabajó en medios escritos y radiales de Buenos Aires y de Río Negro. Desde 1998 en Diario RIO NEGRO.

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Habrá elecciones, con votantes contrariados, candidatos y planes entreverados e internas para resolver. El oficialismo afrontará el desafío con conflictos gremiales activos.


Río Negro votará en siete días, con un electorado aún alejado de un proceso intrincado por los cruces de partidos y candidatos.

La displicencia llega a la dirigencia, convencida de que JSRN o Weretilneck tienen garantizado el mayor caudal electoral. Los porcentajes arrastrarán lecturas menores. Esto, tal vez, explica la atención post-electoral.

El oficialismo afrontará la elección con conflictos gremiales activos, encabezados por nuevos paros docentes, que el Congreso de Unter resolverá -seguramente- mañana.

La discordia entre la gobernadora y el senador se asentó en un plano de difícil retorno. Alerta si, como se prevé, deben compartir una transición de ocho meses.

Los enojos se manifiestan, con sus formas. Carreras declaró la dificultad del pago del bono Castello, emitido por Weretilneck, y alimentó un argumento opositor.

Relegada de la campaña, la mandataria está preocupada, en especial, que ese desacople pone en crisis su deseada candidatura por el municipio de Bariloche. Teme que su postulación no venga liberada. “Eso no me entra en la cabeza”, repitió en una radio viedmense y recordó su condición de fundadora, conductora y, ahora, gobernadora por JSRN.

Ella no se someterá a ninguna interna. ¿Hay otra opción? Niega su participación, pero se gesta “Bariloche Unido”, un partido impulsado por Darío Barriga, hoy titular de la Agencia Río Negro Exporta y una historia política compartida con Carreras, que se inició en SUR.

Weretilneck responde cuando amplía el abanico de candidatos para Bariloche. Ubicó últimamente a la gobernadora en la grilla con Agustín Domingo y Juan P. Muena, sumando al aliado legislador peronista Ramón Chiocconi. Esta inclusión fue otro disgusto para Carreras.

El ex gobernador cayó en un inédito grado de sospecha de curiosas maniobras que lo rodean y que cree tienen origen en el Gobierno provincial. Allí se funda la distancia adoptada y Carreras, en cambio, reclama por más diálogo y planifica un período de decisiones compartidas.


La discordia entre la gobernadora Carreras y el senador Weretilneck se asentó en un plano de difícil retorno. Alerta si, como se prevé, deben compartir la transición, que será de ocho meses.


Nada parecido a lo proyectado por el aún candidato a sucederla. Ella ya no piensa en la salida de ministros apéndices del senador y los quiere cerca en la cohabitación del poder, más allá del armado de un primer anillo de incondicionales, con Pablo Zúcaro en la Jefatura y Mariano Ferrari en la Secretaria General. Descuenta el regreso a Gobierno de Rodrigo Buteler, superado su enfado por la creación de un jefe de ministros y la poda de estructuras.

Para Weretilneck, su plan definitivo saldrá de lo que dejen las urnas. Marcha, por ahora, con su relato del Gran Acuerdo, con peronistas y radicales. Su objetivo está en captar un 60% de los votos o, por lo menos, arriba del 53% de Carreras del 2019.

La instancia electoral sumó otra excentricidad con la promocionada reunión de Aníbal Tortoriello (Cambia Río Negro) y la intendenta peronista María Emilia Soria. Nada profundo. Fue un contacto movido por actitudes individuales, a partir de sus lazos por la enemistad compartida hacía el ex gobernador. Existió si utilización y, también, sincera y lógica confusión en un campo marcado por las mezcolanzas en torno al oficialismo.

Tortoriello confía en que los votantes negarán lo que predicen las encuestas y Ariel Rivero (P. Río Negro) prevé captar parte del desencanto que se expresa en el libertario Javier Milei. Las fuerzas de izquierda buscan asomar mientras que el peronismo saldará sus peleas en la General del domingo. Medirán representatividad el justicialismo de Martín Doñate y los intendentes de Nos Une; los disidentes detrás de la postulación de Silvia Horne, con integración de Soria; y la tercera propuesta, encabezada por Gustavo Casas. En ese mundo, otro respaldo K recibirá mañana Doñate y su estrategia con la visita política del ministro y precandidato presidencial “Wado” De Pedro a Bariloche.

Poco vértigo para un comicio atravesado por votantes contrariados, planes entreverados y disputas por resolver.


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