Fracasa un tratado mundial para proteger los océanos
Norberto Ovando *
A pesar de que las aguas internacionales representan casi dos tercios de los océanos del mundo, solo el 1,2% está protegido. Los focos de protección marina no son suficientes.
El último acuerdo internacional sobre protección de los océanos se firmó hace 40 años en 1982: la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Ese acuerdo estableció un área llamada alta mar: aguas internacionales donde todos los países tienen derecho a pescar, navegar e investigar. 168 miembros del tratado original, incluida la UE, se unieron para tratar de hacer un nuevo acuerdo.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés), que documenta el estado de la biodiversidad mundial ha dicho en negociaciones anteriores que la “naturaleza fragmentada tradicional de la gobernanza de los océanos” ha impedido la protección efectiva de alta mar.
Su Asesora Principal de Alta Mar del Programa Global Marino y Polar de la IUCN, Kristina Gjerde, explicó por qué este tratado era tan importante: “La alta mar es el corazón azul vital del planeta” y explicó que, “Lo que sucede en alta mar afecta a nuestras comunidades costeras, afecta a nuestras pesquerías, afecta a nuestra biodiversidad, cosas que nos importan tanto a todos”.
Las negociaciones se centraron en cuatro áreas clave:
* Establecimiento de áreas marinas protegidas
* Mejorar las evaluaciones de impacto ambiental
* Proporcionar financiación y creación de capacidad a los países en desarrollo
* Compartir recursos genéticos marinos: material biológico de plantas y animales en el océano que puede tener beneficios para la sociedad, como productos farmacéuticos, procesos industriales y alimentos.
Más de 70 países, incluido el Reino Unido, antes de la reunión ya habían acordado poner el 30% de los océanos del mundo en áreas protegidas. Esto pondría límites a la cantidad de pesca que se puede realizar, las rutas de las rutas de navegación y las actividades de exploración como la minería en aguas profundas.
La minería en aguas profundas es cuando los minerales se extraen del lecho marino que se encuentra a 200 metros o más por debajo de la superficie. Estos minerales incluyen el cobalto que se usa para la electrónica, pero el proceso también podría ser tóxico para la vida marina, según la IUCN. Pero los países no lograron llegar a un acuerdo sobre cuestiones clave de los derechos de pesca y también sobre la financiación y el apoyo a los países en desarrollo. Este problema no es nada nuevo, en otras reuniones internacionales ocurre exactamente lo mismo, muchos países desarrollados suelen mostrarse reticentes a firmar compromisos.
Existe la preocupación de que sin este tratado no solo no se protegerán las especies marinas, sino que algunas especies nunca se descubrirán antes de que se extingan.
Una investigación publicada a principios de este año y financiada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration –NOAA), sugiere que entre el 10% y el 15% de las especies marinas ya están en peligro de extinción.
Los tiburones y otras especies migratorias, como las tortugas y las ballenas, se mueven por los océanos del mundo interactuando con actividades humanas como la navegación, lo que puede causarles lesiones graves y la muerte.
Todas las especies de tiburones y rayas también están sobreexplotadas, lo que lleva a una rápida disminución de la población. Tal reducción en el número de animales se ha observado en la mayoría de los principales grupos marinos.
Los países también buscan incluir medidas en el tratado que brinden a las naciones en desarrollo y sin litoral un acceso más equitativo a los Recursos Genéticos Marinos en Alta Mar (RGMAM).
Los RGMAM son material biológico de plantas y animales en el océano que pueden tener beneficios para la sociedad, como productos farmacéuticos, procesos industriales y alimentos.
A medida que los océanos continúan deteriorándose, no está claro cuándo volverán a reunirse los países para continuar las negociaciones, pero se espera que se convoque una sesión especial de emergencia antes que finalice el 2022.
El tratado colocaría partes de los océanos del mundo en una red de Áreas Marinas Protegidas.
El tratado no describirá qué áreas del océano se colocarán bajo protección marina, solo el proceso mediante el cual las organizaciones y los países pueden solicitarlo. Si se acuerda, colocaría el 30% de los océanos del mundo en áreas de conservación para 2030.
El destino de los océanos también depende de la acción global sobre el cambio climático, que se decide como parte de otras negociaciones de la ONU.
Las ONGs conservacionistas esperan que se proteja la vida marina de la sobrepesca, el tráfico marítimo y otras actividades humanas que provocan un impacto negativo. Los mares del mundo han absorbido el 90% del calentamiento que se ha producido debido al aumento de los gases de efecto invernadero producidos por las actividades humanas. Las olas de calor marinas son cada vez más largas y frecuentes, según la NASA.
* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN)
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