El “viaje de egresados” de la Generación Dorada
La selección de básquet que ganó el oro en Atenas 2004 mostró que es un grupo humano que permanecerá unido por siempre y hoy sigue siendo ejemplo para los jóvenes deportistas.
Hace 20 años, el deporte argentino vivió una de sus horas más gloriosas, cuando la Generación Dorada obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
La subestimación del riesgo en la actividad de montaña
Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Fabricio Oberto, Andrés Nocioni, Alejandro Montecchia, Carlos Delfino, Rubén Wolkowyski, Pepe Sánchez, Hugo Sconochini, Gabriel Fernández, Walter Herrmann y Leonardo Gutiérrez dirigidos por Rubén Magnano fueron protagonistas de aquel 27 de agosto de 2004 histórico.
El rival era Estados Unidos y Argentina fue actitud, inteligencia, planeamiento y ejecución perfecta, La victoria fue por 89-81 y el juego fue inolvidable, frente a figuras como Allen, Iverson y Tim Duncan, entrenadores de la magnitud de Gregg Popovich y Larry Brown y un estadio que se venía abajo.
Defensa, mucha defensa y acciones como Flex que rompieron el esquema del Dream Team. Ginóbili fue la estrella máxima de Argentina, anotando 29 puntos que significaron un récord.
Cuenta la leyenda que tras el partido el Gran Pop frenó a Manu y le dijo: “¡Felicitaciones! Gran partido. No aparezcas por San Antonio sin la medalla de oro”.
Un día después, el 28 de agosto, Argentina pudo colgarse la de oro tras vencer a Italia en la final por 84-69. Un título olímpico recurrentemente ganado por EEUU, solo con dos excepciones, la de la Unión Soviética en 1972 y la de la albiceleste en la cita griega.
Para agasajar a los protagonistas de tal gesta deportiva, se realizó un homenaje el 2 de noviembre pasado en el Parque Roca ante 15.000 espectadores agradecidos. Del mismo participaron además Juan Martin Del Potro, cantantes, influencers y otros reconocidos deportistas. Nadie faltó a la cita, viajando muchos desde el exterior para la ocasión.
Desde los jugadores hasta el cuerpo técnico, todos dieron el presente en un clima de confraternidad interna y comunión con la gente. Aun cuando solo dos jugadores permanecen activos en ligas menores, la gran mayoría de los dorados se preservan físicamente.
Es que la generación dorada ha sido ejemplar en todos los sentidos. Un conjunto con hambre de gloria, conformado por los hijos de la Liga Nacional de Básquet, surgidos de los más variados pueblos del interior de nuestro país.
Jugadores inteligentes, autocríticos que nunca privilegiaron su ego personal, al bienestar del equipo y que luego prosiguieron su exitosa carrera en la NBA (Ginobili, Sánchez, Nocioni, Oberto, Scola, Wolkowyski) y en Europa.
Nunca se supo de ninguno de ellos de algún desvío de tipo personal, rehuyendo al título de estrellas, que bien les pudo caber, en su momento de mayor esplendor. Por el contrario, la mayoría de ellos son padres de varios hijos, consagrados a sus familias.
Por eso, no termina de extrañar que luego del festejo del reencuentro, estos ex jugadores decidieran compartir un “viaje de egresados” en Mendoza.
Así. con gran hermetismo y perfil bajo, se alojaron por varios días en un hotel de Chacras de Coria, compartiendo suites dobles como en sus viejas épocas de concentraciones.
Además de compartir comidas y recorrer bodegas, realizaron actividades de trecking, rafting, pádel y excursiones. Otro aspecto llamativo es que no desayunaron en ninguna ocasión, debido al régimen de ayuno intermitente que respetan.
Lo narrado puede ser una simple anécdota, pero no es más que la respuesta al porqué, de la obtención de semejante logro.
Un grupo humano que permanecerá unido por siempre y que, sin proponérselo, sigue enseñando a los jóvenes que hoy practican deportes de conjunto.
*Abogado. Prof. Nac. de Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com
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