El “no” al trasvasamiento del río Negro
A pesar de haber nacido en Raismes (Flandes) don René Henry Lefebvre fue un verdadero sanantoniense de ley.
En su libro “Mi querido Puerto San Antonio” dejó verdaderas estampas de su amor y compromiso con los grandes temas para el desarrollo de nuestra región.
Hace ya muchos años estaba preocupado por los recursos hídricos de nuestra provincia, especialmente por el intento del trasvasamiento del Río Negro (ya en aquellos tiempos).
Vale recordar lo escrito por este verdadero patriota: “Porque no queremos creer que se llegue a concretar nunca el sorprendente y extraño proyecto del cual se habla últimamente; me refiero al posible trasvasamiento del Río Negro! Parece sumamente raro este nuevo surgimiento de un viejo sueño que se quisiera realizar o al menos hacer aprobar a marcha forzada”.
“Volando a 330 metros de altura por sobre el dilatado espacio de nuestra provincia, quién no ha pensado en todo lo que falta regar por ambas márgenes de este río muy nuestro, o por valles laterales de nuestra inmensa provincia. Los estudios técnicos previstos en este caso podrán ser muy útiles, pero no nos tranquilizan del todo: las más puras técnicas suelen tener su límite y su precio, y no siempre llevan base de buen sentido común, lo cual se va haciendo cada vez más común”,
“Mucho aprecio le tenemos a nuestros hermanos mendocinos, pampeanos o bonaerenses, pero somos rionegrinos, los hoy dueños dela situación por ley constitucional y natural y pensamos que la “caridad bien ordenada empieza por casa”. No va a ser que ocurra que queriendo dar una mano nos arranquen el brazo hasta el hombro! Y que nuestra magnífica provincia se llame en adelante en vez de Río Negro “Río Pálido”.
¡Por Dios, que no lleguemos a ser culpables de la amargura de nuestros nietos y bisnietos!
“Y si queremos trasvasar nuestro río y que se inviertan caudalosas sumas de dinero en estas obras para aprovechar mejor su caudal, por qué no hacerlo en nuestra misma provincia, con mucho menos costos y más beneficios directos en pro del desarrollo integral, del cual tanto se habla, para los sectores postergados de la Patagonia. Por ejemplo, está la solución ya buscada por el ingeniero César Cipolletti en sus andanzas del año 1898. A alta de depresiones naturales, aparece hoy la posibilidad de abrir una derivación de trasvase, más o menos al sur del valle Azul en dirección al gran bajo que llega a Santa Rosa, o más arriba, y seguir por el viejo cauce natural del Nahuel Niyeu, Bajo Rico, Valcheta, Punta de Agua, Bolsa del Gualicho, el mismo Gualicho hasta Laguna Cortés y desde allí por qué no a Puerto San Antonio, doblando el canal, como se cree que existía antes de los grandes movimientos geológicos”.
“Y no vaya a ocurrir que por ser demasiado generosos con nuestras aguas, no se tenga caudal suficiente en ciertas épocas en el brazo de la boca toma de Céspedes, para alimentar los tramos I y II del Canal Pomona-San Antonio. Esto sería el colmo de la desgracia y la continuación del eterno problema del agua dulce para San Antonio Oeste: ¡Dios no lo permita!
“Por eso y desde hoy en adelante los sanantonienses, en su Padre Nuestro cotidiano, rezarán así: “Padre Nuestro que estás en los cielos/ Danos nuestro pan de cada día / Perdonad nuestras ofensas como perdonamos a los que nos han ofendido / No nos dejes sucumbir a la tentación / Líbranos del mal y del trasvasamiento traicionero del magnífico río que nos has dado con tu divina sabiduría, para la eternidad de los siglos de los siglos / Así sea”.
Este texto debería ser importante para el conocimiento de nuestros políticos y funcionarios, que son los que deben velar por nuestros legítimos recursos. Y ante las próximas elecciones, en vez de reiterar sus letanías sin importancia que pueda elaborar un proyecto de provincia que colme las expectativas de todos los rionegrinos.
* Escritor. Valcheta
Journalism Trust Initiative Nuestras directrices editoriales
Comentarios