El nepotismo está mal  

Este diario publicó un informe el fin de semana en el que pudo confirmar periodísticamente la designación en la Legislatura de, al menos, una decena de familiares directos de la vicegobernadora de Neuquén, Gloria Ruiz. Muy pocos recogieron el guante de lo que, para algunos, era algo que se conocía en los pasillos.  

Que el nepotismo esté naturalizado no significa que esté bien. Está mal. Y es una obligación que se investigue sí los fondos públicos están siendo despilfarrados. Porque de ser así se alejaría del nepotismo para caer en el análisis del cumplimiento de los deberes de funcionario público.   

La política, como también lo señaló el mismo informe, es una herramienta para transformar la realidad de las personas y lo hace administrando fondos de los contribuyentes. Sería absurdo creer que quien gestiona no necesite personas de confianza a su lado -hasta el presidente Javier Milei designó a su hermana-; pero también es absurda la discrecionalidad que pulveriza cualquier límite ético.  

Sí en la Legislatura se “sabía” de los desmanejos, porque también se incluye la contratación indirecta de nada menos que el jefe de la comunicación de esa casa, por qué no se lo señaló antes. Por qué no se lo investiga ahora. Por qué, al menos, no se pide información que transparente lo que se conoció y que se buscaba seguir manteniendo en los pasillos o, mejor dicho, en algún rincón oscuro.  

Normalizar que se puede hacer cualquier cosa con el dinero de los contribuyentes no solo es inmoral, sino que además amerita analizarlo desde la perspectiva legal.   

Hasta cuándo puede tolerarse el despilfarro de recursos en una provincia que tiene necesidades básicas insatisfechas ¿Una provincia con el 40% de pobreza puede darse los lujos de debatir si uno, dos o diez familiares designados a dedo es una medida justa o no? 

La actual administración, en cabeza del gobernador Rolando Figueroa, marcó como eje de campaña el cambio y una ruptura con la vieja política. Incluso fue un punto de quiebre, que coincidió con el cambio de gobierno, la causa Planes Sociales, un hecho de corrupción estatal que aún sigue bajo investigación y que, a esta altura, debería tener avances más sustanciales a los que se le conocen.  

Los legisladores, que con buen tino se preocupan por los gastos discrecionales de la misma vicegobernadora en el Presupuesto 2025, ¿no creen que las designaciones masivas a familiares directos y las contrataciones irregulares como, al menos lo es, la del jefe de comunicación de la Legislatura, merecen una atención similar?  

Por qué no pueden opinar ¿No tienen voz propia o una opinión formada al respecto? ¿Está bien o está mal designar una nómina completa de familiares? ¿Está bien o está mal designar a un funcionario y que cobre su mujer, que no presta servicios a quien le factura? 

Sería saludable para el cambio que promueve la gestión hacer algo distinto y señalar con claridad dónde la política comete los errores que se prometieron no repetir.  

También si algo o alguien los amordaza sería responsable con sus votantes, quienes le delegaron la responsabilidad de gobernar y legislar, que lo hagan público. Las democracias necesitan transparencia para mantener su salud. Necesitan más luz y menos rincones.  


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