El factor Macri

Alejo Pasetto*

El rápido reacomodamiento en la narrativa de campaña de Javier Milei se hizo explícito en la misma noche de las elecciones generales, más precisamente durante el discurso que el candidato de La Libertad Avanza dio una vez confirmados los resultados oficiales. De ahí en más, y hasta el 19N, el antagonista absoluto a aplastar -según propias declaraciones- era el kirchnerismo. ¿Y la casta política?

La semana pasada había quedado planteado el interrogante sobre las consecuencias que podía generar, principalmente al interior de toda la amplia coalición Juntos por el Cambio, el copamiento absoluto -y sobre todo personal- de Mauricio Macri en las decisiones que tomara la mesa chica de La Libertad Avanza, donde más que otro simple integrante, parecería ser quien definitivamente ocupa la cabecera y define qué come cada quien. Las ambiciones personales del expresidente y su fijación con aplastar, desterrar, eliminar (Mauricio Macri y Patricia Bullrich dixit) al kirchnerismo provocaron el alejamiento y principalmente distanciamiento de quienes fueron durante el período 2015-19 referentes políticos y/o funcionarios de la gestión, pero también de actuales integrantes de La Libertad Avanza.

Si es la polarización absoluta lo que venía marcando el pulso de los últimos tiempos en la política argentina, ¿cómo se explican las derivas que tuvieron en estas dos semanas, algunas declaraciones públicas de referentes del arco político y los reacomodamientos partidarios? Para una porción cada vez más considerable de la dirigencia, la prédica de eliminar a otro espacio político dejó de ser redituable en términos electorales y especialmente, éticos. Si la plataforma electoral y la narrativa principal e histórica de una campaña proponía privatizar todo lo que pueda ser privatizado (desde escuelas y hospitales hasta cursos naturales de agua) y mercantilizar hasta los propios órganos, ¿qué explica la necesidad de un video absolutamente guionado en un marco completamente controlado o un giro de 180 grados en la comunicación digital para contradecir y bajar las propias banderas?

El resultado continúa siendo abierto e incierto, y es difícil saber con certeza las consecuencias que pueda tener en el resultado la injerencia absoluta del expresidente en la comandancia de la campaña de Javier Milei. Además de resquebrajar a Juntos por el cambio, está generando algunas fugas en el espacio libertario por haberse diluído la bandera anti-casta. ¿Qué quedará entonces para estas dos semanas? Por el momento, correr los límites de lo decible, parece no estar funcionando como antes.

* Analista político. Consultor asociado en EPyCA Consultores

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