El desorden que había y el que llegó
El Gobierno intentó mostrar algo de control en la primera semana de aterrizaje, pero no se vio más que incertidumbre en la mayoría de las oficinas estatales. El oficialismo fue expuesto en el recinto por una maniobra “desprolija” que hizo para quedarse con un representante más en las comisiones.
El primer lunes de gobierno de Rolando Figueroa se cumplió la predicción que había lanzado pocos días antes, en una entrevista con este diario: en la mayoría de las oficinas públicas no alcanzaron las sillas para el número de empleados que se presentarían a trabajar. Hubo alrededor de 80 en Desarrollo Social y otro tanto en la Secretaría de Trabajo, por ejemplo, que “usualmente no se veían” y aparecieron frente a la amenaza de motosierra del nuevo gobernador. O personal con cargos en planta política que ahora vuelven a sus cargos base.
A los agentes que gozaron cierto período “en casa” se les hizo llegar una planilla para completar datos personales y de legajo y un multiple choice para elegir en qué puesto ponerse a trabajar: por ejemplo cocina, limpieza o cuidado de personas.
El gobierno intentó mostrar algo de control en la primera semana de aterrizaje, pero no se vio más que incertidumbre en la mayoría de las oficinas estatales. En el Consejo Provincial de Educación, por ejemplo, afirmaron que esperaron todo el lunes, pero que nadie asistió a bajar un lineamiento. La ministra Soledad Martínez se reunió el viernes con los 14 directores de distrito para garantizar que el envío de remesas continúe normalmente a las escuelas hasta que se complete la estructura política del organismo.
En los registros civiles, el flamante ministro de Gobierno, Jorge Tobares, tuvo como primera medida prorrogar una veintena de contratos de trabajadores eventuales que se habían “caído” con el cambio de gestión para no quedar sin atención en las sedes. ATE lo convenció de que eran vacantes que existían y no los famosos “ñoquis” que desvelan a Figueroa.
El funcionario, raíz MPN y con experiencia en un rol similar durante el gobierno de Jorge Sapag, parece posicionarse tempranamente como el interlocutor elegido por el sindicato. “Los demás están conociendo el Estado”, afirman.
Figueroa arrancó su gestión con un esfuerzo en contar la “pesada herencia” recibida, pero pronto deberá ordenarse para comenzar a mostrar. Corre el riesgo de que la coyuntura nacional le quite iniciativa y lo termine llevando al plano reactivo: qué va a hacer frente al recorte de financiamiento, qué respuesta dará la policía de Neuquén al protocolo antipiquetes, cómo le afecta la devaluación.
En la Legislatura dará un primer paso con el tratamiento, en estas semanas, de la eliminación de las jubilaciones de privilegio para quienes ocuparon cargos electivos. El oficialismo consiguió prorrogar el período ordinario hasta fin de mes en la sesión que hubo el jueves pasado.
En el recinto ya hubo fuertes cruces por los dichos del diputado de Avanzar, Francisco Lépore, sobre el supuesto quebranto de la provincia y, como devolución de favores, el oficialismo fue expuesto por una maniobra “desprolija” que hizo para quedarse con un representante más en las comisiones permanentes, a costa de quitarle uno al MPN.
Por ser el más numeroso, al partido provincial le habrían correspondido cuatro lugares en comisión y solo dos a Comunidad. El acuerdo terminó siendo de tres para cada uno. “Estamos de acuerdo con que sea así, pero habría sido más prolijo modificar el reglamento interno porque había consenso de todos para hacerlo”, planteó el diputado Claudio Domínguez, el único MPN que no se comportó como oficialismo en el debut.
Otra de las claves del reparto de comisiones también pasa por la asignación de presidencias, porque es la manera de asegurar qué proyectos se tratan y cuáles permanecen “cajoneados”. Ahí también el partido de Figueroa salió ganando.
Controlará cuatro, entre ellas Asuntos Constitucionales y Presupuesto, tendrán tres sus aliados del PRO, incluída Energía, uno el partido Avanzar y uno Arriba Neuquén. Es decir, nueve de las 11 totales. Al MPN le quedaron las dos restantes, del manual de comisiones que se ceden a la oposición: Producción y Parlamento Patagónico.
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