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Educación híbrida y formación docente

Este sistema amplía y enriquece las trayectorias estudiantiles, si posibilita la puesta en juego de habilidades cognitivas diferenciadas centradas en la interacción, la reflexión y el pensamiento crítico.

En septiembre de este año, el Consejo Federal de Educación aprobó los nuevos lineamientos curriculares nacionales para la formación docente inicial (resolución 476/2024), como antesala de los procesos de revisión de los planes de estudio de los distintos profesorados. Este documento plantea la incorporación de la educación híbrida en la formación docente inicial, referenciándola como la integración de “métodos de enseñanza presencial y remota mediante diversas plataformas interactivas”. Como propósitos se mencionan: otorgar mayor flexibilidad en el cursado de las materias, promover el trabajo autónomo de los estudiantes y contribuir a sostener las trayectorias formativas.

Desde las instituciones formadoras, entendemos que los lineamientos curriculares conforman la estructura medular y el marco regulatorio democratizador de los diseños curriculares para todas las carreras. Al respecto, Andrea Alliaud y Silvina Feeney sostienen que estos lineamientos deben tender a “superar la fragmentación educativa y la creciente desigualdad y a construir una nueva escuela que forme ciudadanía para una sociedad más justa”. No obstante, en un contexto de constante retroceso de todos los derechos, los nuevos lineamientos ponen en jaque la igualdad de oportunidades educativas. Por eso nos parece importante desarrollar desde una mirada crítica, la perspectiva desde donde se argumenta la relevancia de la hibridez:

  1. La relación directa que se plantea entre flexibilidad en el cursado de los espacios curriculares y calidad educativa carece de fundamentos. La calidad se instala como tema de debate, pero luego, cuando se traduce en políticas educativas o lineamientos de reformas, se ve vaciada en pos de que los estudiantes se reciban si son capaces de incorporar sólo ciertas “capacidades” mediante un sistema de créditos. Las capacidades mencionadas hacen foco en la reflexión, deliberación y toma de decisiones, “sin que las mismas se deriven de manera directa del conocimiento teórico” según este documento.
  2. La incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la hibridez no necesariamente favorecen el trabajo autónomo de los estudiantes. Para esto, son necesarias prácticas educativas sostenidas desde una mirada reflexiva, actual y social, que problematice los emergentes en los nuevos escenarios digitales, por ejemplo, la inteligencia artificial, las ciberadicciones, el grooming, el ciberbullying, la infodemia, la medicalización de la vida, entre otros. Esto se vincula con los desafíos de formar estudiantes críticos en un mundo digitalizado. Como dice Mariana Ferrarelli, es preciso que se “expliciten los sentidos de la integración tecnológica y analicen qué concepciones de enseñanza y aprendizaje subyacen al tipo y modo de utilización de diversos dispositivos y aplicaciones”.
  3. La incorporación de los entornos digitales enriquece y amplía trayectorias formativas heterogéneas. Pero esto no es posible sin las condiciones genuinas para que se desarrollen plenamente. Los vaciamientos que se generan por las políticas educativas de ajuste y el desfinanciamiento no se reemplazan con la hibridez.

Quienes participamos del sistema formador, no rechazamos la educación híbrida. Pero sostenemos la necesidad de políticas públicas que posibiliten su inclusión de manera genuina. En primer lugar, garantizando las condiciones físicas para su inclusión tales como: redes de Internet en los institutos, dispositivos adecuados para estudiar y producir, plataformas de aulas virtuales y sistemas de gestión. Por ejemplo, en el IFDC Fiske Menuko somos los docentes quienes pagamos en 2024 el hosting web y el servicio de Internet necesario para que funcione el sistema de gestión de inscripciones y seguimiento académico de estudiantes.

En segundo lugar, entendemos que las asimetrías que se generan frente a la complejidad del mundo digital trascienden el acceso físico a dispositivos y conectividad e involucran el uso y la apropiación cognitiva y simbólica de las TIC. La educación híbrida amplía y enriquece las trayectorias estudiantiles si posibilita la puesta en juego de habilidades cognitivas diferenciadas centradas en la interacción, la reflexión y el pensamiento crítico.

En consonancia, entendemos que la decisión acerca de cuáles son las TIC que incorporamos en nuestras prácticas, es por sobre todo una decisión pedagógica, que responde a una intencionalidad educativa determinada y da cuenta del contexto particular de trabajo. Nuestras convicciones se sostienen desde la obstinación pedagógica por políticas educativas que garanticen condiciones legítimas de incorporación de la tecnología en las prácticas educativas y posibiliten que las y los estudiantes de nivel superior puedan acceder a experiencias formativas de calidad.

* Docente de Educación y TIC del IFDC Fiske Menuko y Villa Regina. Comunicadora social y especialista en Producción de Contenidos y Ambientes Digitales Educativos.
**Docente Área TIC del IFDC Fiske Menuko. Profesora en Química y especialista en Educación y Nuevas Tecnologías.
***Mg. en Procesos Educativos Mediados por Tecnologías. Analista de sistemas. Docente de TIC y coordinador de Formación Permanente – IFDC Fiske Menuko.


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