Día Mundial de la Diabetes: últimos avances en prevención
Hay personas que tienen hasta 50 veces más probabilidad de desarrollarla que la media de la población. Factores a observar.
Adrián Turjanski*
La diabetes es una enfermedad crónica que, según las estadísticas, afecta a 1 de cada 10 argentinos mayores de 20 años y a más de 425 millones de personas en todo el mundo. Sorprendentemente, el 50% de quienes padecen esta enfermedad desconocen su diagnóstico. Factores como la alimentación, el peso, la actividad física y la genética influyen significativamente en el riesgo de desarrollarla. Existen individuos que tienen hasta 50 veces más probabilidad de desarrollarla en comparación con la media de la población.
La diabetes es una condición en la cual los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre están excesivamente altos. La glucosa se obtiene de los alimentos que consumimos, y la insulina es una hormona que facilita la entrada de esta glucosa a las células, proporcionándoles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. Por otro lado, la diabetes tipo 2, la más común, se caracteriza por niveles anormalmente elevados de azúcar en la sangre. La insulina regula la cantidad de glucosa que pasa del torrente sanguíneo a las células para ser utilizada como energía.
Después de una comida, cuando los niveles de glucosa aumentan, el páncreas libera insulina para transportar el exceso de glucosa hacia las células. En las personas con diabetes tipo 2, la acción de la insulina está alterada, lo que reduce la captación y utilización de glucosa, manteniendo elevados los niveles de azúcar en sangre. Si la glucosa se mantiene alta durante mucho tiempo, puede causar graves problemas en el corazón, ojos, riñones, nervios y otros órganos.
¿Qué se puede hacer?
Lo primero es conocer nuestro estado de salud, para detectar si tenemos diabetes. Sin embargo, siempre es conveniente actuar de manera preventiva, y para ello es fundamental conocer nuestro riesgo. En este aspecto, los estudios genéticos son muy útiles, ya que una parte significativa de nuestro riesgo está relacionada con mutaciones genéticas. Además, es crucial el ejercicio, el control del peso y seguir un plan de alimentación adecuado, factores que contribuyen a disminuir el riesgo de desarrollar diabetes.
¿Cuáles son los factores de riesgo no genético?
La probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 depende de una combinación de factores de riesgo, incluyendo tanto los genes como el estilo de vida.
Una persona tiene mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2 si:
Presenta sobrepeso u obesidad. Tiene más de 45 años de edad. Cuenta con antecedentes familiares de diabetes. Padece de hipertensión (presión arterial alta). Tiene niveles bajos de colesterol HDL (“colesterol bueno”) o niveles elevados de triglicéridos. Ha tenido diabetes gestacional o ha dado a luz a un bebé con un peso alto. No realiza actividad física regularmente. Tiene antecedentes de enfermedades cardíacas o accidentes cardiovasculares. Sufre de depresión o síndrome de ovario poliquístico.
¿Cuáles son los factores de riesgo genéticos?
Las investigaciones han observado que no todas las personas tienen el mismo riesgo de desarrollar enfermedades y que una parte considerable de este riesgo está determinada por nuestro ADN, que heredamos de nuestros padres. Existe evidencia sólida de que nuestro perfil genético contribuye al desarrollo potencial de la diabetes tipo 2. Esta contribución se evalúa a través de estudios de asociación genómica (GWAS, por sus siglas en inglés ), que analizan diversos marcadores genéticos para determinar su influencia en el riesgo de desarrollar la enfermedad en comparación con la población general. En múltiples estudios internacionales se han identificado marcadores que, en conjunto, pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 hasta en 4 veces en comparación con la población general. De esta manera, podemos tomar medidas preventivas adaptadas a nuestras necesidades .
Síntomas:
El desarrollo de síntomas en personas con diabetes tipo 2 es gradual, pudiendo transcurrir varios años antes de que se sospeche un diagnóstico. En algunos casos, se presentan los siguientes síntomas: aumento de sed, incremento del apetito, mayor cantidad y frecuencia de orina, fatiga o debilidad, visión borrosa, hormigueo o pérdida de sensibilidad en los pies, heridas que cicatrizan lentamente.
Recomendaciones:
Mantener un estilo de vida saludable y una alimentación equilibrada son factores protectores contra esta enfermedad.
Controles médicos regulares: que incluyan la medición de los niveles de glucosa en sangre.
Peso adecuado: según tu contextura, estatura y etapa de la vida. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo significativo.
Actividad física: Es suficiente con realizar entre 30 y 40 minutos diarios de actividad física. Caminar o andar en bicicleta para desplazarte, subir escaleras cuando sea posible y, si pasas mucho tiempo sentado, levántate periódicamente.
Alimentación regular: Respetar cuatro comidas diarias. Evitar ayunos prolongados .
Carbohidratos complejos: Optar por carbohidratos provenientes de cereales integrales y sus derivados, legumbres, frutas y verduras.
Reducir carbohidratos simples: azúcar de mesa, dulces, productos de panadería y pastelería, y helados. Si es necesario endulzar, prefiere edulcorantes naturales en lugar de azúcar .
Adoptar estas recomendaciones puede ayudar a reducir significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y promover una vida más saludable.
* Investigador del Conicet y director científico de Gen360, un test genético preventivo.
Comentarios