Día de los Jardines de Infantes y la maestra Jardinera
Cuando se arremete contra las y los docentes como supuestos sospechosos, (hay mucho escrito sobre esto) y cuando la ternura queda bajo sospecha, perdemos todos y todas.
Fany Mansilla*
Este 28 de mayo es nuestro día, y hoy nos toca transitar una situación compleja y dolorosa.
El Nivel Inicial sigue siendo el lugar más seguro, donde las infancias se expresan. Es un período pleno de desarrollo del lenguaje y otras habilidades que se despliegan en los vínculos. Nuestras infancias requieren hoy de una mirada más amorosa y atenta, dedicada en el acompañamiento de tiempo y ternura.
En el Nivel Inicial hay diálogo; también escucha frente a algo que les esté pasando. Ante semejante oportunidad estamos orgullosos de seguir en el camino de la ESI, trabajando desde la valoración de la afectividad, la perspectiva de género, la diversidad, los derechos y la salud; desde una mirada integral como marco, para transitar situaciones que ameriten ser pensadas para seguir generando estrategias de cuidado sobre interrogantes acerca de lo que está sucediendo cuando las infancias se expresan y hablan.
Cuando se arremete contra las y los docentes como supuestos sospechosos, (hay mucho escrito sobre esto) y cuando la ternura queda bajo sospecha, perdemos todos y todas.
La ESI nos invita a pensar en qué mundo queremos vivir y actuar. No podemos acompañar a las infancias con miedo; necesitamos seguir pensando estrategias para generar vaivenes de cercanía. Es por eso que necesitamos generar estrategias para cuidar y cuidarnos, tiempos necesarios para colaborar desde todas las instituciones, definiciones y políticas de Estado que acompañen a las familias que denuncian, para que las orienten en ese camino, cuando sienten y expresan que algo malo pueda estar pasando.
La educación en el Nivel Inicial es el primer acercamiento, el primer espacio educativo en el que se instala la relación con las infancias, el primer espacio público de participación democrática y ciudadana donde se enseña y se aprende, donde existen lazos de confianza y acompañamiento con las familias, respetando cada una de las identidades y culturas; donde se sitúa al juego como contenido de alto valor cultural, generador de zonas de desarrollo próximo, pilar fundamental de la enseñanza y centro de una educación integral. Si lo perdemos, ¿qué nos queda?
Recordemos que las familias son nuestras aliadas pedagógicas y humanas, donde se consolidan los vínculos y se viabilizan las posibilidades de participación real en los diversos espacios institucionales y proyectos pedagógicos, como soportes para la educación y el cuidado de las infancias, generando oportunidades y posibilidades de acompañar el recorrido de las experiencias educativas. Nada más alejado de nuestra intención que queden afuera.
Consolidemos y revaloricemos nuestra tarea docente. Es imperioso que el Estado se ocupe de sostenerla y cuidarla para contribuir a que el juego, como elemento fundamental en el proceso pedagógico y primer acercamiento a la cultura, al lenguaje y la relación con las familias, se sostengan y se entienda que es la base del presente y futuro de la vida socioescolar de todos y todas.
Las y los docentes no podemos ni queremos romper ese lazo que todos los días nos encuentra en el jardín con las familias. De hecho, hay incontables momentos hermosos y valiosos que se encuentran en las instituciones educativas de juego y convivencia con ellas.
Abrazamos a cada compañero y compañera que decide apostar y trabajar en el Nivel Inicial. Estamos convencidos que encontraremos, de manera colectiva, los mejores caminos que nos acerquen, porque el Nivel Inicial es la herramienta fundamental para transformar la vida de las personas. Que los obstáculos nos fortalezcan para poder ver todos los avances que hemos logrado y así poder continuar defendiendo nuestra tarea, con amor, convicción y unidad.
¡Feliz día compañeras y compañeros!
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