Desde la algarabía energética a los cambios pensados

Decae la algarabía y se deciden otras acciones. La emoción política por los auspiciosos anuncios de los megaproyectos –Oleoducto y planta de GNL– decrece y la emergencia estatal retoma su protagonismo cotidiano.


Los anuncios de los proyectos energéticos originaron jornadas de algarabía y ya llega el debate minero con Calcatreu. Pero, vuelve el protagonismo de la emergencia estatal.


Estas concreciones energéticas prometen despegues para la Provincia pero, para eso, habrá que esperar.

Se sumará la reapertura a la minería y, en ese caso, el proyecto Calcatreu de extracción de oro hará punta y este jueves existirá un primer debate en Cipolletti en el Consejo ambiental (Copeam). La audiencia pública será el 30 de agosto en Jabocacci.


La sucesión de retrasos de reformas anunciadas es el meollo del reclamo interno del gobernador, que tiene pendientes cambios adelantados hace un mes a sus legisladores.


La renegociación de los contratos petroleros está en marcha y se esperan ingresos para antes de fin de año.

Debajo, otro mundo convive. Hace un mes, el 11 de julio, Weretilneck cenó con sus legisladores en la Residencia y, a los postres, sorprendió con autocríticas a su gobierno. Vaticinó que, en “dos o tres semanas”, se darían cambios de las estructuras y de protagonistas. Quienes “no arrancaron, ya no van arrancar”, les dijo.

Su relato parecía que denotaba identificación y resolución de las modificaciones. Un mes después, nada ocurrió, salvo algunas charlas con ministros involucrados. El GNL lo sacó de ese foco y, tal vez, duda de ciertas alteraciones.

En su catarsis, el mandatario retornó al esquema de carteras más reducidas y así se evalúan desgloses en Gobierno y Desarrollo Humano. Fueron, por ahora, juicios sueltos porque todavía no hay ninguna reorganización trazada.

Salud guía la preocupación del gobernador y, por eso, allí si se avanzó. Ya habló con su titular Ana Senesi y acordaron su continuidad, con reajustes. La revisión incluye al segundo de Salud, José Pacayut. La ministra busca su reemplazante. Leonardo Gil -que sigue en la dirección del hospital de Bariloche- volvió a negarse y, entre las propuestas posteriores, figura la subsecretaria de Auditorias Médicas, Cecilia Cuneo. No hay resolución.

En noviembre, Weretilneck convocó para su equipo a Senesi y Pacayut, que eran directores de los hospitales de Roca y Viedma. Existía buen vínculo entre ellos pero, hoy, no se hablan.

El motivo esgrimido parece poner en crisis al objetivo de revisión hospitalaria. Últimamente, el mandatario se quejó por la continuidad de falencias sanitarias, a pesar de los fondos volcados. Su cuestionamiento alcanzaba a la falta de fiscalización del pago de las guardias médicas.

La posterior incursión correctiva fue liderada por Pacayut (en esas recorridas también participó la secretaria de la Función Pública, Tania Lastra) y las cirugías aplicadas tuvieron obvias tensiones con el personal, que Senesi se ocupó de recomponer pero, para eso, deshizo -mayormente- las medidas restrictivas de su segundo. ¿Será cuestión de formas o se renuncia a la verificación de guardias, con liquidaciones que siguen en niveles inexplicables?

La sucesión de retrasos en las reformas planteadas es el meollo de la queja interna de Weretilneck, a pesar de que en su estilo de poder anida parte del problema del estancamiento de las resoluciones.

Hay demoras de más alto costo. Esta semana, el gobierno difundió una reunión entre Ipross y Salud para unificar compras de “prótesis e implantes”. Hace ocho meses, a los cuatro días de la nueva gestión, un encuentro similar finalizaba con planes de operaciones compartidas para adquirir medicamentos. Este rubro ahora no aparece. ¿Se lo excluyó porque ya comparten esa provisión? No. Es más, en julio, ambas áreas realizaron licitaciones individuales para oncológicos, sumando 15.000 millones.

Las reformas que no llegan se manifiestan más en tiempos de escasez. Hacienda extremó su tarea de resguardo de fondos, pues en septiembre vence la segunda cuota del Castello, que exigirá unos 45.000 millones. El ministro Gabriel Sánchez evalúa la caja provincial pero, por las dudas, conserva un preacuerdo con el banco Patagonia para un crédito de 20.000 millones, como ocurrió en abril con el primer vencimiento.

El martes, Weretilneck reunirá al gabinete y buscará, otra vez, impulsar las mismas intenciones para remediar viejos problemas.


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