Cristina y Milei, sus deudas y las primeras señales de rebeldía
Para los gobernadores, que ya redactan un dictamen propio para el Presupuesto 2025, la Boleta Única de Papel es una compensación con más impacto político que económico. También emerge como ilusión para dirigentes peronistas con naciente autonomía frente a Cristina Kirchner.
El próximo huracán con nombre de varón podría llamarse Javier. El impacto de Milei sobre el resto de la política blindó el veto a la Ley de Financiamiento Universitario aunque lo dejó, otra vez, con saldo negativo ante los gobernadores.
Aquí un ejemplo. Ignacio Torres, de Chubut, planteó que había dado libertad de acción a ‘sus’ legisladores. Dijo que aportaba un resultado neutro: un voto a favor de la ley -el de Jorge Avila- y otro en contra, el de Ana Romero del PRO. Lo charló con Emilio Monzó, operador full time del interbloque Encuentro Federal; con el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y con los interlocutores del Gobierno nacional que al final fueron los únicos satisfechos. Avila tuvo que mostrar el parte médico que justificó su internación porque no le creían las razones de su ausencia a la sesión.
En la víspera, Torres y el secretario de Energía Eduardo Chirillo presentaron un proyecto regulatorio del hidrógeno verde en la comisión que preside la diputada rionegrina Lorena Villaverde (LLA). Después cruzó al Palacio para encontrarse con Martín Menem, que le pidió los dos votos a favor del veto. El chubutense tuvo la misma conversación con Santiago Caputo. A ambos les avisó que con otros jefes provinciales y con ayuda de Luciano Laspina redactan un dictamen propio para el Presupuesto 2025. Les enumeró parte de lo que piden: la coparticipación de Aportes del Tesoro Nacional y del impuesto al combustible, asignaciones específicas y los montos en materia de cajas previsionales para cada provincia.
También recibió llamados el rionegrino Alberto Weretilneck que a los suyos les dijo: “resistimos”, mientras Agustín Domingo votaba en contra del veto del Presidente. Firme en el recinto, aunque incómodo en privado, Miguel Angel Pichetto advirtió que para el Gobierno fue sólo “una victoria pírrica”. Con la avidez de un animal herido su aliado Monzó buscó votos contra el veto, cansado de que los libertarios les incumplan lo prometido. Sin embargo el bloque no rompió códigos y puso sobre aviso a Menem dándole margen de acción. Aún así los otrora dialoguistas recibieron el castigo: les quitaron autos y otros beneficios, traspasados a los nuevos diputados amigos.
En ese contexto, para los gobernadores la Boleta Única de Papel es una importante compensación con más impacto político que económico. El cambio electoral no sólo ayuda a los partidos provinciales, también emerge como ilusión para dirigentes peronistas con naciente autonomía frente a Cristina Kirchner y su intención de presidir el PJ nacional. La nueva forma de votar con todos los candidatos nacionales en una misma papeleta ‘provincializa’ el turno electoral 2025. “Lo que antes era espontáneo ahora no sucede” dijo a Río Negro un dirigente que fue sostén económico del Instituto Patria, búnker de la expresidenta que coordina Oscar Parrilli.
Ese dirigente no se plegó -como muchos- al operativo ‘clamor’ y es uno de los que en el Conurbano promueve dos listas para cargos provinciales, un escenario que podría replicarse en otros distritos: una con sello cristinista y la otra con el de Axel Kicillof.
La obstinación de Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja y también aspirante a competir por el Consejo Nacional Justicialista, sólo se justifica en otro blindaje, el del gobernador bonaerense que necesita construir su futuro local y en el resto del país.
Justo antes del blanqueo de CFK al riojano lo recibieron los rionegrinos María Emilia y Martín Soria, mientras los amigos del senador Martín Doñate enviaban al Patria el video de Aurora, la afiliada de 104 años que pidió el regreso de “la Jefa” al partido.
Los peronistas kirchneristas con ánimo de independencia creen que la BUP es el mejor instrumento para cortar el hilo rojo con Cristina y apuestan a dejar a Máximo Kirchner sin la lapicera que escribe los nombres en las listas.
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