Carreras no va en tren, va en avión
“Yo firmo pero no decido”, dijo la gobernadora hace una semana. Hablaba de la fecha de las elecciones, pero es imposible no relacionarlo con cierto vacío de poder.
Hay semanas que pasan volando. De hecho, la gobernadora Arabela Carreras voló al otro lado del mundo y en prácticamente ese lapso ya está de regreso a Bariloche. Antes de irse dejó, en declaraciones a este diario, una frase que resume la construcción de poder en su partido con una modalidad que amenaza con licuar su autoridad en los once meses que restan para las elecciones provinciales. Lo puso en estas palabras: “yo firmo pero no decido”.
Como pasó este tiempo entre vuelos y recorridas por suelo israelí, no estuvo en la semana para abonar o revisar esa idea.
Cuando lo dijo, se refería a la decisión sobre la fecha de las elecciones de autoridades provinciales para el período 2023-2027, una prerrogativa que la Constitución le otorga a la gobernadora, no al partido que integra; mucho menos a un senador nacional.
Pero podría extenderse a otras cuestiones de su gobierno: toma decisiones que después no son acompañadas por el líder de su partido, el senador Alberto Weretilneck, como la compra de un avión modelo 1994 en Estados Unidos a más de cuatro millones de dólares.
El senador habla de asuntos del gobierno provincial con una displicencia que molesta a más de uno, pero hasta ahora su fórmula da resultados. Por caso, esta semana la intendenta de Cinco Saltos, Liliana Alvarado, del Frente de Todos, adhirió a su plan de alianzas 2023 detrás de su candidatura a gobernador. Los une el temor de que Aníbal Tortoriello pinte de amarillo la provincia, como ella misma reconoció.
El empresario cipoleño está dispuesto a ir por la gobernación. El primer paso fue quitarle a su flota de camiones el color verde que identifica a Juntos Somos Río Negro y reemplazarlo por el amarillo Pro. Y el segundo fue mostrarse con el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta por la calle Mitre de Bariloche.
Si Carreras no comienza ya una política de control de daños, la compra de un avión de 8 asientos y una velocidad crucero de unos 700 kilómetros por hora terminará haciéndole a su gobierno un perjuicio que podría repercutir en el futuro electoral. La gobernadora planea esta operación desde el año pasado y, a diferencia de lo que la acusa la oposición, cree que es una excelente transacción.
Un avión propio -razonaba con allegados en plena pandemia – permitirá ahorrar fondos públicos en la contratación de horas de vuelo a terceros. Pero como nadie dijo con claridad qué pasará con esos acuerdos comerciales ni a qué va a estar afectado el Cessna Citation V Ultra, hasta ahora esos beneficios, si existieran, son difíciles de apreciar.
Como se fue a Israel y regresó recién ayer, no se pudo conocer su explicación por la compra de un avión que se muestra como sanitario pero es para uso personal.
Para colmo, en RN Radio le preguntaron sobre este asunto a Weretilneck: “cuando fui gobernador anduve siempre en auto y usaba aviones de línea. Y usaba el avión privado cuando no me coincidían los vuelos. Muchas veces iba a Bahía Blanca a tomar los vuelos. Hice más de 3 millones de kilómetros en auto o camioneta. Usaba el avión únicamente para ir a Bariloche, porque si no perdía un día para ir y otro para volver”.
No es lo que suele hacer Carreras.
El vuelo entre Viedma y Bariloche tarda apenas 50 minutos en uno de los Learjet que la empresa Sapsa usa para prestar el servicio a la provincia. Y en una hora y cuarenta minutos puede ir desde la cordillera hasta Buenos Aires.
En el registro de vuelos de ese avión abundan las conexiones entre los aeropuertos de Neuquén, Roca, Bariloche y Viedma, además de alguna incursión al aeroparque Jorge Newbery. No es la gobernadora la única que lo usa y de hecho hay servicios a Córdoba o Santiago del Estero en ese mismo registro.
El tiempo vuela y si las elecciones provinciales serán en abril del año que viene, las decisiones se precipitan. Carreras habla de la gestión y no de la reelección mientras Weretilneck avanza en un acuerdo electoral con el ala del PJ más ligada al kirchnerismo en la provincia. Tortoriello es el rival a vencer, pero gane quien gane habrá, tras la elección, ocho meses, ocho insoportables meses, de transición.
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