Bochorno olímpico y doble vara

Hechos como los acontecidos en el estadio en el debut de la selección de fútbol precisan tanto de la FIFA como del COI que no queden impunes en los Juegos Olímpicos .

Vergonzoso, bochornoso, lamentable, son adjetivos que bien cuadran, para el debut del fútbol en los Juegos Olímpicos de Paris 2024.

En el encuentro entre Argentina y Marruecos, lo que parecía un empate, el VAR lo transformó en derrota dos horas después, cuando el árbitro del encuentro, el sueco Glenn Nyberg, decidió reanudar el juego, anular el tanto de Cristian Medina y jugar tres minutos más que no cambiaron la derrota por 2-1 ante el equipo africano.

El clima dentro del estadio se recalentó en el momento en que el árbitro decidió otorgar 15 minutos de alargue en el segundo tiempo, cuando el partido estaba 2 a 1 y Argentina llegaba con frecuencia al arco rival. Los motivos de la extraña adición estuvieron en reiterados ingresos de hinchas al campo de juego, sobre todo de público marroquí y también de un niño que le fue a pedir una foto a Julián Álvarez.

Una vez que la selección albiceleste convirtió el 2-2, en el minuto 105 de partido, empezaron a caer botellazos contra los jugadores argentinos desde la tribuna marroquí. Incluso lanzaron una bomba de estruendo cerca de la posición del banco de suplentes.

Después hubo una invasión de hinchas con la camiseta roja. Entonces, ingresó la Policía francesa con escudos para tratar de controlar el ambiente de tensión que se ocasionó en el encuentro luego del último gol. Tal caótica situación recrudeció cuando dos horas después, el árbitro -a instancias del COI- tomó la decisión de reanudar el partido, revisar la jugada del empate y anular el gol argentino.

El dantesco episodio que sonrojaría a Pierre de Coubertin y a los mentores del olimpismo, permite derivar en varias conclusiones:

1.- La pésima organización y seguridad de los estadios: La facilidad en el ingreso de los espectadores al campo de juego evidencia que el marco superó ampliamente las expectativas de los organizadores. La pasividad de la policía francesa en controlar a los transgresores, lejos está de garantizar la integridad de los deportistas y resto del público.

2.- La doble vara moral: Luego de que selección francesa pidiera a la FIFA por los cantos ofensivos de algunos jugadores de la selección mayor al ganar la Copa América, no se observa una manifestación de similar tenor en defensa de los jugadores argentinos agredidos y hasta robados de sus pertenencias en los últimos días en suelo francés.

3.- La utilidad deportiva ante todo: El abucheo y resistencia hacia los deportistas argentinos demuestra una consideración para un equipo, que puede hacer peligrar las aspiraciones de los elencos locales. Sin perjuicio de ser ello, algo propio del deporte, resulta por demás llamativo como una sociedad que vira hacia la derecha más extrema que deniega derechos e inclusión, acepte y busque desde hace años a descendientes de sus colonias para mejorar sus planteles y obtener así un mayor redito deportivo.

Es la misma sociedad que recibió con alfombra roja a Lionel Messi a su llegada al PSG y luego lo maltrató cuando no se consiguió la Champions League.

4.- El maldito VAR: Luego de casi dos horas de incertidumbre total y mantener en vilo tanto al público que debió salir del estadio, como a los espectadores televisivos, el arbitro decidió que los jugadores volvieran a hacer una entrada en calor, para reanudar durante tres minutos la función.

En tal orden, cabe preguntarse de una buena vez, sino será hora de poner un límite temporal máximo de cinco minutos al VAR, transcurridos los cuales valdrá lo decidido originalmente por el Juez de Campo.

Es que el VAR está matando a la emoción. A la expresión más pura del fútbol , que es el festejo de un gol y con ello a uno de los momentos más sagrados de un simpatizante.

Es como si a un comensal que prueba con fruición, el primer bocado de su plato preferido, luego lo obligasen a devolver el trago para realizar sobre el mismo un exhaustivo control bromatológico.

En tal sentido, como en la vida, hay cuestiones que deben fluir espontáneamente ya que de no ser así pierden la naturaleza que las distingue.

5.-La necesidad de sanción: Hechos como los acontecidos en el Estadio Geoffroy Guichard de Saint Ettiene precisan tanto de la FIFA como del COI que no queden impunes, máxime cuando los Juegos Olímpicos aun se hayan en sus prolegómenos.

Es de esperar que el buen plantel de futbolistas argentinos que participa de Paris 2024, pueda revertir este primer mal paso con juego. No digo olimpismo, ya que el que alguna vez conocimos como tal, languidece mustio sobre algún escritorio.

*Abogado Prof. Nac. De Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com


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