Apolinario “Chocolate” Saravia, un patriota poco conocido
Días atrás, más precisamente el 20 de febrero, los argentinos memoriosos recordábamos la Batalla de Salta, ocurrida en esa capital norteña -más precisamente en Campo Castañares- en el año 1813, épica lid de las luchas por nuestra Independencia Nacional, en la que nuestros compatriotas del Ejército del Norte, comandados por don Manuel Belgrano, derrotaron a las tropas realistas, en una lucha que por su planificación es motivo de estudio y análisis en las distintas escuelas militares, no solo de nuestro país sino de otros del mundo.
Muchos criollos destacaron en ese combate, como bien lo informa nuestro comandante en su parte a las superiores autoridades patrias.
Mas quiero hoy destacar a un soldado que con su conocimiento del sitio aportó a Belgrano información esencial para delinear la exitosa estrategia desplegada: me estoy refiriendo, tal lo anunciado en el título, al Capitán José Apolinario Saravia, de sobrenombre “Chocolate” por su tez morena.
En efecto, era hijo del Coronel José Saravia, propietario de una hacienda en las inmediaciones, quien pese a haber cursado sus estudios medios en la ciudad del puerto, se había criado en esa zona y era tal su conocimiento de ella que indicó a Belgrano senderos ocultos y poco conocidos en las montañas del que éste se valió para organizar su exitosa estrategia.
Su servicio a la Patria no se limitó solamente a ello, veamos.
Había nacido en la ciudad capital de Salta en 1791, siendo enviado por su familia a Buenos Aires para completar sus estudios, tras lo cual en 1810 se incorporó al Ejército Auxiliar de las Provincias Interiores y marchó a la Primera expedición auxiliadora al Alto Perú, habiendo tenido destacada actuación en las batallas de Suipacha y de Huaqui.
Incorporado al Ejército del Norte participó de la Batalla de Tucumán de 1812, previa a la de Salta, y fue herido en Vilcapugio, sirviendo luego a órdenes del general San Martín.
Fue un pilar de la lucha contra los realistas, para luego, alternar su vida militar con la política, falleciendo en su ciudad natal en 1844, al no sobrevivir a un ataque contra su vida.
Su memoria es recordada con calles, lugares públicos y plazas en todo el país y, muy especialmente con una pujante localidad que lleva su nombre en su provincia natal.
Hasta acá, en prieta síntesis, la vida de otro de nuestros valientes hombres, de no muy conocida pero esencial trayectoria.
A él, nuestro respetuoso recuerdo.
* Miembro del Instituto Nacional Belgraniano, miembro de número de la Junta de Estudios Históricos del Neuquén
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