Análisis | Rutas nacionales: Neuquén y Río Negro no son el mejor ejemplo de mantenimiento vial
En ambas provincias hay caminos clave sin asfalto o con pésimo mantenimiento.
Antes de asumir compromisos y responsabilidades de semejante tamaño, los gobiernos de Neuquén y Río Negro deberían revisar por qué no cumplen con sus propias obligaciones. Las provincias no son precisamente un ejemplo de mantenimiento y expansión de su red vial.
No es de ahora, casi en toda su historia, estas provincias avanzaron con la creación y mejoramiento de sus rutas a pasos demasiado lentos.
A esta altura, el mantenimiento de la vinculación entre Roca y Los Menucos debería ser una prioridad, lo mismo que la pavimentación de los accesos a la zona de Villa Pehuenia y Aluminé.
La incorporación de la Ruta 22 o de la Ruta 151 y la exclusión de otras ( la 3, en la zona atlántica, o la 40, en el norte neuquino) son una muestra de lo que ambos gobiernos proyectan: el cobro de peaje al transporte petrolero (o a los camiones de Chile que van al sur de su país por territorio argentino) de modo de generar un flujo constante que permita invertir lo que el gobierno central no pone en el corredor que lleva a Vaca Muerta.
Es una fórmula que debería estar muy bien proyectada para que sea exitosa.
Y, en parte, es la señal de que Rolando Figueroa y Alberto Weretilneck han renunciado a la posibilidad de que el gobierno de Javier Milei asuma sus obligaciones.
¿Será así de ahora en más? ¿Asumirán las provincias, por caso, el manejo de los parques nacionales cuando la falta de recursos pongan en peligro la conservación?
Ya se vivió en los 90. La provincialización de las escuelas, la descentralizaciones del poder de policía del Estado, se hizo sin fondos. Y las consecuencias se pagaron durante años.
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