Análisis político: Javier Milei y la gobernabilidad en una gestión disruptiva
Nueva columna en RÍO NEGRO RADIO del analista político Alejo Pasetto. Escuchalo acá.
Alejo Pasetto*
Para el imaginario e ideario del gobierno, el acompañamiento el día de ayer al veto sobre la ley de financiamiento universitario constituye otra victoria más, que costó articular, pero victoria al fin.
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Desde el inicio del actual gobierno se hicieron evidentes las dificultades en el quehacer de la política, en la construcción de consensos para llevar adelante determinadas definiciones y en cómo entiende justamente lo que implican las instituciones que lleva adelante como Poder Ejecutivo.
Este segundo veto reconfirma la hipótesis de que el mismo Jefe de Estado da a entender: el Congreso es un escollo a saltear. Si algo sobra son declaraciones del Presidente sobre lo que es para él el conjunto de legisladoras y legisladores y lo poco que le importan las votaciones: lo que hay que hacer es vetar cualquier definición del Congreso contraria a la voluntad del presidente. A la vez, el Presidente puede gobernar en base a las facultades que el mismo Congreso le delegó y a DNUs que hoy demuestran el serio problema de reglamentación (diseñado durante el gobierno de Néstor Kirchner) porque alcanzan carácter de ley sin el aval de ambas Cámaras. Esto sería un rasgo más propio de otros sistemas de gobierno o de países en los cuales las instituciones democráticas están sumamente debilitadas o ausentes.
¿Es sostenible esto en el tiempo? Javier Milei representa un experimento absolutamente nuevo para la lógica política, de carácter tan disruptivo que contagia incluso a diputados que hace unas semanas hacían público el acompañamiento a la educación superior como gratuita y esencial, pero que ayer acompañaron su desfinanciamiento y ahogo presupuestario.
Es una enorme incógnita saber cuánto va a aguantar la olla a presión del humor social. El veto a la ley de financiamiento universitario se suma a la negativa sobre la ley de reforma previsional, que se da en el marco de índices récord de aumento de pobreza mientras aumentan las tarifas de servicios y transporte público, entre otras expresiones varias de la crisis.
El sueño de la “clase media” argentina se construyó históricamente sobre instituciones como estas: Universidad pública para la movilidad intergeneracional, jubilaciones para todas las personas adultas mayores, el trabajo como ordenador de las relaciones sociales, el sueño de la vivienda propia, entre otras. En los últimos años, la inflación sin control (y sin intento real de control por parte de Gobiernos pasados) esmeriló cualquier intento de pertenecer a esa clase media o siquiera de llegar a fin de mes. Pero ¿se puede compensar la destrucción de instituciones que fueron el orgullo (y la base de un eventual futuro mejor) de nuestra sociedad con el descenso de la inflación?
El gobierno se acerca lentamente a su primer año y -amén de los ultra convencidos y/o que adhieren a una dinámica política donde priman la violencia simbólica y la crueldad sobre quienes están sufriendo las consecuencias de la crisis- cuesta aún encontrar cuáles son las herramientas o pilares sobre los que pueda llegar a hacer pie.
Aunque siga haciendo equilibrio con los colaboracionistas ocasionales para vetar leyes, la gobernabilidad no es todavía una de las cualidades de las que pueda vanagloriarse este gobierno que, como advertimos, parece enfocado en seguir calentando esa la olla a presión.
* Analista político. Consultor asociado en EPyCA Consultores
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