Análisis | Gloria Ruiz, la declaración máxima y los interrogantes que quedan

Rolando Figueroa deberá probar que puede gobernar con esta suerte de suma de poder público y hacerlo bien para disipar dudas.

La chicana “Declaratura” para definir a la sucesión casi ridícula de declaraciones de interés, rechazo y repudio a la que se dedicaron los diputados de las últimas tres gestiones tocó ayer su cenit. La destitución que apartó del cargo a la vicegobernadora Gloria Ruiz hasta el 2027 en un hecho sin precedentes para Neuquén alcanzó el pico máximo de esta tradición: fue una declaración, ni más ni menos, aunque con formato de ley.

Quedarán pendientes otras, las declaraciones juradas patrimoniales de varios diputados que no las presentaron o bien lo hicieron tarde y a recordatorio de este diario.

La vara quedó alta, coincidieron muchos legisladores en la sesión de ayer, y es que sí: quedó alta para la política, que deberá demostrarle a la sociedad conductas intachables y austeras de ahora en más; para la fiscalía, que deberá investigar en adelante toda denuncia de corrupción con igual celeridad de la que puso en el caso de Ruiz; y para Rolando Figueroa, quien deberá probar que puede gobernar sin la necesidad de una fórmula y hacerlo bien para que las sospechas de que su mano pudo estar involucrada en alguna parte del proceso puedan pasar a un segundo plano.

El futuro es incierto, lo que vivió Neuquén en las últimas semanas fue inédito y todavía cuesta avizorar cómo será el impacto hacia adelante.

¿Qué tan involucrada estuvo la sociedad en el seguimiento de la investigación? ¿Cuánto de sensación de “justicia” y cuánto de hastío por las prácticas de siempre dejará como resultado este escándalo? La suspensión de Ruiz, en noviembre, la habían seguido cerca de 10.000 personas en vivo y la destitución de ayer no llegó ni a la mitad.

Será el 2025 y su disputa electoral lo que arroje algunas respuestas. El gobierno ya tiene la energía ahí y en dejar lo de anoche como un mal recuerdo.


La chicana “Declaratura” para definir a la sucesión casi ridícula de declaraciones de interés, rechazo y repudio a la que se dedicaron los diputados de las últimas tres gestiones tocó ayer su cenit. La destitución que apartó del cargo a la vicegobernadora Gloria Ruiz hasta el 2027 en un hecho sin precedentes para Neuquén alcanzó el pico máximo de esta tradición: fue una declaración, ni más ni menos, aunque con formato de ley.

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