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Agua, un buen bien de capital e industria

Es un recurso escaso que puede convertirse en un commodity con sentido estratégico soberano y de cara a la sociedad.


Las provincias de Río Negro y Neuquén deberían gestionar ante el Órgano de Aplicación, la Secretaría de Energía de la Nación, la posibilidad de sumar un artículo al proyecto de re-concesión que permita obtener un porcentaje de las regalías que cobran las generadoras eléctricas re-concesionadas. Atento a que más allá de los derechos reclamados, hay una sociedad ineludible del derecho positivo y comercial de hecho, en función del régimen de responsabilidad establecido por la ley, respecto de las sociedades de capital e industria.

Siendo que los socios capitalistas responden por las obligaciones sociales como los socios de la sociedad colectiva, donde les está permitido conformar la parte de interés correspondiente a su participación en el capital social mediante aportes de obligaciones de dar o de hacer, y en las primeras de ellas bienes que puedan ser entregados en propiedad o simplemente a mero título de uso y goce, en este caso ni más ni menos que agua.

Mientras que el socio industrial aporta su industria o trabajo, a cuyo efecto deberá establecerse la evaluación de este en el contrato constitutivo con el objeto de asignarle participación en el capital social.

Dicho esto, y amparado en la constitución que cita que los recursos naturales de las provincias son de las provincias (Constitución 1994) y que la Ley 15336/60 indica que las represas cuyo fin es embalsar agua para generación de electricidad, tiene como antecedente normativo el Art. 15, que indica el orden de prelación del uso de la misma: primero, agua de bebida; segundo, para riego; y tercero, para generación de energía eléctrica.

Dicho esto, y ante la necesidad de establecer mejores condiciones para la vida humana, el riego y la producción, y sin perjuicio de la norma, ponderar la eficacia hídrica, la tecnificación del riego, la accesibilidad al agua, el almacenaje y la distribución de manera específica, atendiendo las necesidades territoriales, de la provincia del Neuquén y Río Negro, sería bueno utilizar el agua embalsada para regar todas las hectáreas colindantes a las represas. Esto haría que la nueva concesión busque remediar, de alguna manera, puntos no establecidos en las privatizaciones de hace treinta años, respecto del impacto ambiental, el calentamiento global y las sequías y, por elevación, un claro mensaje de que el uso del agua es potestad de las provincias que detentan el derecho y que sin agua no hay energía posible.

Algunas estimaciones


El agua es un bien escaso que puede convertirse en un commodity con sentido estratégico soberano y de cara a la sociedad. Cotizar el agua y vender agua presente y futura, debería ser objeto de estudio por las administraciones provinciales. EE. UU. en el 2020 inició un camino bursátil al finalizar su primera rueda con una cotización de US$ 486,53 por acre-pie, una medida de volumen utilizada normalmente en Estados Unidos equivalente a 1233 metros cúbicos de agua.

Imaginemos el número en m³ solamente del lago Chocón y multipliquémoslo por alguna fracción del valor de cotización en Wall Street.

El resultado sería sorprendente. Si bien el agua en el país del norte y en ciertos estados como California son de manejo privado, Neuquén y Río Negro deberían empezar a desandar caminos tradicionales de reclamos y agudizar el ingenio en pos de poner en valor los derechos que como todos sabemos no se peticionan sino que se ejercen.

* Coordinador ASAS acceso social al agua segura. Ex – director de agua y saneamiento CIFAL Argentina-ONU-UNITAR


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