Opinión: Messi, líder inspirador en un país que lo necesita
Como pocas veces, la selección y su gente se identifican mutuamente. Con Messi como símbolo, Argentina vive un momento especial.
Alguien que por estos tiempos tiene la capacidad de transmitir alegría es, sin dudas, un distinto. Lionel Andrés Messi ostenta esa condición desde mucho antes que estas líneas fueran escritas. Sus lágrimas de alegría contagiaron a propios y extraños, incluso a quienes no son fanáticos del fútbol.
La parte táctica y técnica del triunfo del jueves ante Bolivia, por las Eliminatorias Sudamericanas, quedó como nunca en un segundo plano. Las posibles lecturas de los puntos positivos y los que tiene para mejorar la selección se caen por su propio peso, porque en el centro de la escena todavía perdura la emoción.
Fue una noche especial para todos, fundamentalmente para el protagonista principal. Aquel que tantas veces no pudo disimular su tristeza en finales con Argentina y fue criticado hasta límites insólitos tratándose de uno de los mejores de la historia del deporte.
Como si fuera poco, en el partido en cuestión metió tres goles. Los primeros dos con una calidad fantástica que solo un genio como el ‘10’ argentino puede transformar en rutinaria.
La obtención de la Copa América fue un premio a la constancia y significó mucho para los hinchas de la selección. Tanto para quienes nunca la habíamos visto ganar a nivel de mayores como para quienes esperaron casi 30 años y querían repetir alguna vez aquella experiencia de sentirse campeón.
Y no se trata solo de ganar o perder, es mucho más. No es solo un juego, es un fenómeno cultural. En la pelota se canalizan sentimientos de un pueblo que no es ajeno a sus penas.
Lo que pasó el jueves fue movilizante por historia y por contexto. Si alguien merecía recibir el cariño de la gente, era Messi. Si había un momento para la emoción, era con el regreso del público a las canchas.
Es que el argentino no es cualquier público y eso es algo marcado desde todas partes del mundo. A veces desmedida, la pasión está presente constantemente y por eso lo que pasa con la selección es una causa nacional. El fútbol nos constituye, porque es el deporte practicado y sentido por las grandes mayorías en un país donde las crisis nunca aflojan.
Por eso, la vuelta de los hinchas le dio el toque que faltaba a una noche inolvidable. El fútbol ha sido siempre una forma de olvidar un rato los problemas que aquejan una sociedad que, no por nada, luce cada vez más violenta y agrietada.
La pandemia hizo lo suyo y la energía contenida, las ganas de volver a entonar canciones de cancha y la alegría de ser campeones de América después de 28 años, confluyeron para transformar uno de los cotejos más predecibles de la Clasificatoria a Qatar, ante un rival menor, en uno de los momentos más destacados para la cultura futbolera contemporánea en nuestro país.
Entre otras barbaridades, de Messi solía decirse que ‘‘es más español que argentino’’, teniendo en cuenta que se fue muy joven de su país de origen. Sin embargo, nunca abandonó su esencia y siguió insistiendo, incluso cuando voces cercanas le decían que no lo hiciera más. Como si fuera poco, nos regaló una alegría en tiempos de mucha angustia. Según sus propias palabras, este título es distinto a los casi 40 que tiene como jugador.
La comunión que hay entre Lionel y la gente quedó plasmada en la noche del Monumental, con su familia presente, aquella que sufrió cada crítica despiadada para con un hijo de estas tierras.
Con Messi como abanderado este grupo de jugadores, junto con el cuerpo técnico, supo recuperar sensaciones que hace rato no había en su gente: las ganas de ver a la selección.
Con el paso del tiempo, muchos nos vamos sumando a la valoración del proceso más allá del resultado. Y en ese plano, lo que tuvo que vivir Messi hasta lograr su objetivo resulta inspirador para grandes y chicos. Sobre todo considerando el poder que tiene el fútbol de entrar en la mayoría de los hogares.
Hace 16 años, Lionel debutaba en la selección mayor, iniciando un camino que por estos tiempos recorre sus mejores rutas. En ese mismo 2005, León Gieco publicó el álbum ‘Por favor, perdón y Gracias’.
Por favor no dejes de ser quien sos, perdón por todas las veces que no te valoramos y gracias por la sonrisa. Tu llanto de emoción es el nuestro, Leo.
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