Nulo debate ambiental
Nuevos informes que indican el crecimiento acelerado de fenómenos climáticos extremos y la evidencia de que cada año agotamos más temprano los recursos en el planeta, volvieron a poner al tema ambiental como eje de discusión mundial, mientras en la campaña electoral argentina sigue marginado de la agenda de los principales candidatos al Congreso.
Casi al mismo tiempo que portales, redes y noticieros llenaban las pantallas con imágenes de los devastadores efectos del huracán Ida en la costa este de EE.UU. y el Caribe o los enormes incendios en California, la Organización Meteorológica Mundial reveló el impactante crecimiento de eventos meteorológicos extremos en todo el planeta en los últimos 50 años, acelerados por la crisis climática. Señaló que entre 1970 y 2019 se registraron 11.000 desastres a estos eventos, que causaron más de dos millones de muertes y pérdidas materiales cercanas a los 3 billones de dólares. Un desastre y 115 vidas perdidas cada día en este medio siglo.
Por otra parte, este año el Día de Sobrecapacidad de la Tierra (Earth Overshoot Day) se fijó nuevamente el 29 de julio, 24 días antes que el 22 de agosto registrado en 2020, cuando operaban los confinamientos por la pandemia de coronavirus. No tiene fecha fija: se estima cada año, dividiendo la biocapacidad del planeta por la huella ecológica que deja la humanidad y se multiplica por 365 días del año. El cálculo, realizado por la ong Global Footprint Network, busca alertar sobre lo insostenible del actual ritmo de consumo de recursos naturales. La primera vez que se estimó, en 1970, el límite se alcanzó el 29 de diciembre y desde entonces ha ido acercándose hacia principios de año sin pausa. Mientras la biocapacidad de la tierra aumentó un 28% en los últimos 60 años, por avances tecnológicos y la gestión de la tierra, la demanda de consumo creció un 56%, señalan.
En nuestra región, la crisis climática se evidencia en la crónica sequía que obligó a los gobiernos a reasignar recursos en la gestión del agua de las represas, tratando de asegurar el riego y el consumo de las ciudades. También se espera un verano seco con alta incidencia de incendios forestales en la cordillera, como ya ocurre en Córdoba y el litoral. Y se suman reclamos e inquietudes por los efectos socioambientales de la explotación hidrocarburífera.
Pese a la gravedad de los problemas y el desafío que plantean al país y la región, el tema ambiental ha pasado casi inadvertido en los debates de los partidos y coaliciones mayoritarias en la campaña electoral de las PASO.
Por este motivo, un grupo de intelectuales y dirigentes sociales impulsa a través de la plataforma Change.org exigir un “cupo ambiental” del 25% en los debates de acá a noviembre, con el objeto de priorizar el tema en la agenda política. Piden que “cada candidato se pronuncie sobre temas como la protección de bienes comunes como el agua, los ecosistemas y el territorio; propuestas para reducir la pobreza estructural (tierra y servicios; techo y trabajo) y una agenda de transición ecológica integral (energética, productiva, urbana y rural)”.
Más allá del pedido, quienes lleguen al Congreso hallarán debates pendientes sobre leyes como la de Protección de Humedales, de Acceso al Agua Potable, sobre Delitos contra el Ambiente y la Naturaleza, de Agroquímicos, el Marco Regulatorio Minero y los acuerdos sobre megafactorías porcinas, entre otros. Mientras sobre estos temas se habla poco y nada, los debates de campaña se reducen a chicanas y golpes de efecto sobre en qué partido hay mejor sexo, pintorescos vehículos proselitistas, dónde se puede fumar o no un porro o una inscripción irónica en una remera.
La magnitud de la crisis climática global y sus efectos ambientales y sociales se merecen un espacio más amplio en la agenda electoral, pública y mediática, ya que está a la vista que no se trata de temas menores y puntuales sino de la discusión de fondo sobre el modelo de desarrollo sustentable que se pretende para el país.
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