“Nos querían tirar un muerto”
ESCENARIO
BUENOS AIRES (ABA) “Si hay algo que no vamos a permitir es que haya represión…”. La férrea directiva de Sergio Berni, de quien virtualmente depende la policía federal, derivó lisa y llanamente en la expulsión del comisario general Enrique Capdevila, quien venía desempeñándose como jefe de esa fuerza de seguridad desde hace dos años. Sucedió que ante el cariz violento en que derivó la manifestación contra la Casa de Tucumán en esta capital, a raíz de la absolución de todos los imputados por el secuestro y desaparición de Marita Verón, Capdevila pretendió actuar con mayor energía para dispersar a los jóvenes que atacaron con piedras y golpes a efectivos de la guardia de infantería. “Nos quieren plantar un muerto…que ocurra una tragedia similar a la que terminó con los asesinatos de Kosteki y Santillán, en Puente Avellaneda”, se evaluó en la cartera de seguridad que encabeza la ministra Nilda Garré y que tiene al coronel del ejército Berni como fiel ejecutor de las órdenes presidenciales. En un fin de año agitado política y socialmente, Berni tuvo que contener los ímpetus de Capdevila, quien también le expuso la necesidad de responder con mayor dureza a manifestantes del club Boca Juniors que empezaron festejando y terminaron provocando destrozos en el centro de la ciudad. Berni disciplinó a su subordinado y luego Garré, en declaraciones periodísticas, sostuvo que era “un disparate absoluto” denunciar, como hizo su par macrista porteño, Guillermo Montenegro, que la policía federal había tenido “una actitud pasiva”.
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