“Nos matan, pero sanitos”
Tanto en restaurantes de San Martín de los Andes como de Zapala me he topado con mesas carentes de saleros. El motivo, una ordenanza por la cual, en resguardo de la salud de los parroquianos, la sal ya no estaría más en las mesas pues es un condimento perjudicial para la salud y por ello cada comensal debe solicitar el salero si desea condimentar su comida. La mentada restricción no sólo alcanza a las casas de comidas de San Martín de los Andes sino también a las de Zapala, donde viví la misma experiencia. El fundamento es el riguroso cuidado de la salud del ciudadano y así la sal de mesa común se ha convertido en enemigo público número uno en tanto su consumo excesivo puede provocar hipertensión arterial, entre otros males. ¡Increíble! Nos están matando en masa con las explotaciones no convencionales de petróleo y gas que contaminan el agua de ríos, lagos y reservorios que en algún tiempo fueron depósitos de limpia y clara agua mineral de primera calidad y nuestros representantes en cada poder y en todos los niveles no dictan una miserable norma declarativa para que se pare con tal desatino contaminante, con ese cóctel fatal de sustancias químicas armado con biocidas, surfactantes, reductores de fricción, agentes querelantes, ruptores, inhibidores de corrosión, inhibidores de emulsión, geles y ácidos; metales pesados como arsénico, plomo, cromo y mercurio; sustancias radiactivas como uranio, radio y radón, además de benceno, tolueno, etilbenceno y xileno y grandes concentraciones de sales (ver www.biodiversidadla.org) y sí son rigurosos en el cuidado de nuestra hipertensión con la prohibición de los saleros en las mesas de los restaurantes. Me dirán que son jurisdicciones distintas, que lo que resuelve Nación no compete a la provincia y/o a los municipios y viceversa, pero afirmo que los municipios, como sucedió en Loncopué, pueden hacer mucho respecto de esta maldición del fracking que acabará con la maravilla de valles y montañas vírgenes. Sin duda a los funcionarios neuquinos en general les cabe la máxima enunciada por Antoine de Saint-Exupéry en su obra “El Principito” según la cual “lo esencial es invisible a los ojos” En suma, cumplido el fatal destino del fracking la parca nos llevará sanitos, sin rastros de hipertensión Héctor Luis Manchini DNI 7.779.947 San Martín de los Andes
Héctor Luis Manchini DNI 7.779.947 San Martín de los Andes
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